Las motos coparon la Ciudad de Buenos Aires. En 2017 se patentaron un 30% más de motos que en 2016. Frente a esta realidad, hay quienes celebran el crecimiento y otros que se ven afectados por el impacto en el tránsito, el estacionamiento y la seguridad vial.
De acuerdo a un informe de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM), en la Capital Federal el año pasado se patentaron 24.330 unidades. Un salto importante, teniendo en cuenta que desde 2014 hasta 2016 el número de unidades anuales se mantuvo en torno a las 18.000.
Lino Stefanuto, el presidente de CAFAM, le expresó a Clarín que el crecimiento es 100% positivo para la Ciudad y responde a una tendencia a nivel mundial:
En la Argentina creció casi un 50% el patentamiento. Pasamos de 480.000 a unas 700.000. El sector ha crecido mucho también porque del 2016 al 2017 el dólar no aumentó más que la inflación. También bajaron un poco los costos de la Aduana, antes algunas motos pagaban un 20% de arancel y ahora un 10%»,
Para Stefanuto, la presencia de más motos circulando no implica un caos de tránsito: «Donde entraba un auto entran dos o tres motos, el espacio ocupado no creo que aumente. Además, las motocicletas intervienen en menos del 10% de los siniestros. El tema es que los accidentes de moto tienden a ser fatales. Son pocos pero son más peligrosos».
Fabián Pons, titular del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM) celebra «que se active la industria», pero advierte que el crecimiento de la cantidad de motos circulando en la Ciudad va a incrementar la siniestralidad con motociclistas».
En las grandes ciudades del mundo son los peatones quienes lideran el ránking de muertos en accidentes de tránsito. Pero en la Ciudad encabezan los motociclistas: en 2016 (últimos datos disponibles), de los 66 muertos en accidentes, 28 fueron motociclistas. También, 3.822 heridos sobre 9.776, detalló Clarín.
Pons pone la lupa en dos cuestiones para que este fenómeno no se extienda aún más:
Necesitamos una forma de control mucho más exigente. Hay que ser más cuidadosos en cómo se otorgan las licencias de conducir, hay una muy baja exigencia a la hora de sacarlas. También el problema está en los controles, que son casi inexistentes». Y ejemplifica: «Hicimos un estudio sobre el mal uso de banquinas y el primero que la utiliza de manera incorrecta es el motociclista. En la autopista General Paz se producen siniestros por autos que chocan a esas motos que circulan por la banquina».
A su vez, Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura de la Ciudad, admite que «los motociclistas forman parte de los actores más vulnerables del tránsito» y cuenta que por esa razaón ponen «especial énfasis en políticas que mejoren sus condiciones de seguridad vial. Elevar la exigencia del examen para obtener la licencia de conducir, la implementación de los espacios exclusivos de estacionamiento, aumentar su visibilidad con los nuevos chalecos reflectantes obligatorios y las zonas de detención segura, son todas acciones en ese camino».
Según datos de la Secretaría de Transporte de la Ciudad, en los primeros 11 meses del 2017 hubo 43.363 motos en infracción, se retuvieron 1.830 licencias retenidas y 4.581 vehículos. La mitad, en el Microcentro. Por otro lado, para frenar la superpoblación de motos estacionadas en las veredas, en 2014 se sancionó una ley para que los garajes les cobraran a un 30% de la tarifa de los autos. Como no alcanzó, el Gobierno porteño habilitó el año pasado 50 espacios de estacionamiento en el Microcentro, con lugar para 850 vehículos.
Hernán De Jorge, Jefe de Seguridad del Centro de Experimentación de Seguridad Vial (CESVI), opina que «muchos porteños eligen la moto por comodidad y rapidez» y además considera fundamental el hecho de que «no hay prácticamente multas para las motos por velocidad, existen pocos controles y pasan colados los peajes. Es un vehículo que te da para trasgredir las normas y no pasa nada. El sistema es vulnerable y las motos aprovechan eso».
Por último, Andrés Borthagaray, Director del Instituto de la Ciudad en Movimiento, opina que el crecimiento del número de motos en la Ciudad podría no ser tan trágico: «Si la moto es en lugar del auto, el tránsito más fluido, porque ocuparían menos espacio. Pero si la moto es en lugar del transporte público, va a haber más congestión».