El 1 de septiembre/2020, los gobiernos de todo el mundo se comprometieron a reducir a la mitad las muertes y los traumatismos causados por el tránsito durante una nueva década de acción. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución A/ 74 / L.86 «Mejora de la seguridad vial mundial», que proclama la Segunda Década de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, con el objetivo de reducir a la mitad el número bruto de muertes y lesiones por siniestros viales en 2030.
A su vez, la resolución también respalda la Declaración de Estocolmo, aprobada durante la Tercera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial celebrada en febrero de 2020, y alienta a los Estados Miembros a favorecer políticas para promover la caminata, la bicicleta y el uso de transporte público como modos de transporte público inherentemente saludables y ambientalmente racionales.
“En un mundo pospandémico, debemos aprovechar la oportunidad de estos tiempos sin precedentes para reinventar la movilidad, hacerla segura, asequible, accesible y sostenible”, señala el Dr. Etienne Krug, Director del Departamento de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.
Pero determinar los Costos que los Siniestros Viales demandan a la sociedad en su conjunto, no resulta una tarea sencilla. Muchos de los valores a considerar no pueden obtener una ponderación precisa en función de la gran dispersidad de criterios a la hora de fijarlos en los casos concretos. Rubros tales como, «lucro cesante» y «daño moral» por la pérdida de vida o, las disminuciones de las capacidades físicas o psíquicas de los lesionados, ostentan valores totalmente dispares (a similar perjuicio) en las jurisdicciones del país resultando imposible, literalmente hablando, el determinar valores promedio.
Según el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), no parece que hayamos aprendido mucho del fracaso de la Primera Década. «Debemos tener un extremo cuidado en la determinación de metas y su difusión a la opinión pública. La meta no debe ni puede ser una “expresión de deseos”, que luego pueda ser tachada de demagógica. Debe estar fundada en un plan o programa de acción transparente y verosímil (La primera década tenía un Plan Mundial con 5 Pilares). No se puede sostener como meta reducir tanto porcentaje de los muertos en siniestros viales cuando otra meta es conocer la verdadera cantidad de muertes que se producen en dichos siniestros», expresan desde el Instituto.
Conscientes de ello, pero preocupados al fin, por generar herramientas útiles para la merituación de los costos económicos que la problemática le genera a la sociedad, el ISEV ha desarrollado (desde fines del siglo pasado) un primer paso en la materia, imitando metodologías internacionales probadas en la confección de una Matriz de Costos Básicos Sociales derivados de los siniestros viales graves.
Debe quedar muy en claro que los resultados de la aplicación de dicha matriz, son el piso efectivo que le cuesta a la sociedad el siniestro vial grave, en forma directa y prácticamente inmediata.Esta Matriz para el año 2020 determinó un valor promedio de costo social por cada siniestro vial grave de U$S 37.830. El costo total, que incluye además a la inmensa cantidad de siniestros leves supera largamente la cifra que se alcance con esta matriz. Ahora bien, este piso mínimo determinado para el año 2020 se ubica en el 2.1% del PBI nacional estimado, o sea en una cifra aproximada a los 8.000 millones de dólares.
¿Cuál es el problema de que no se alcancen las metas?
Según ISEV hay dos problemas fundamentalmente:
1. De admitirse el fracaso, la principal consecuencia es el desaliento social y el costo político del gobierno de turno en cuanto a su credibilidad.
2. De NO admitirse el fracaso, la consecuencia es aún más peligrosa. El gobierno de turno se verá tentado a “mentir” y “esconder muertos bajo la alfombra”, situación que ya ha ocurrido en épocas anteriores, generando estériles discusiones sobre el número de muertes y la inacción para evitarlos.
Resultados de la década mundial de seguridad vial en argentina entre 2011 y 2020
En argentina, ni aún con seis meses de aislamiento y restricciones por el COVID 19 en el 2020, se alcanzó el objetivo. Tampoco fue el año con menor mortalidad vial. Fue el año 2013 (sin COVID ni restricciones).
Fuente: ISEV
Por cada 100 muertos viales que se produjeron en 2010, debíamos alcanzar 50 en el 2020 (y tuvimos 68,6).
Principales características etiológicas durante la década
Fuente: ISEVFuente: ISEVFuente: ISEVFuente: ISEV
«Estas son algunas de las principales características de la siniestralidad vial grave de la República Argentina durante la vigencia de la Década (ahora Primera) Mundial de la Seguridad Vial. A la vista de las casi 85.000 víctimas fatales ocurridas en esos 10 años ¿fue una Década perdida totalmente?.Tal vez no, ya que fueron 15.000 muertos viales menos que en la Década anterior del 2001 al 2010.Pero evidentemente debemos encarar como Sociedad y Estado políticas públicas sostenidas en el tiempo, evaluando (y corrigiendo en su caso) permanentemente su implementación, si queremos evitar tantas muertes y lesiones evitables», concluyeron desde el Instituto.