Turquía y Siria han quedado devastadas luego de que un terremoto de magnitud 7,8 azotara ambos países. Miles de personas siguen desaparecidas y ya hay más de 35 mil muertos, un número que lamentablemente sigue subiendo y que dejó al descubierto la necesidad de las naciones de prestar urgente atención a los seguros contra riesgos catastróficos. La tragedia escaló en gran parte por la mala infraestructura de los edificios, que no estaban preparados para ningún tipo de episodios de esta magnitud, sumado al horario del terremoto, que fue en la madrugada.
En Turquía, se ha declarado el estado de emergencia de nivel 4, que incluye el pedido de asistencia internacional. Dentro de este panorama desolador, y pensando en este caso testigo para anticiparse a otros que puedan ocurrir en el futuro, el interrogante pasa por saber qué acciones se pueden realizar para minimizar las consecuencias de estos fenómenos naturales.
Y más allá de cuestiones edilicias y todo lo que hace a la faz preventiva, el mercado asegurador cuenta con herramientas no convencionales para este tipo de siniestros. Se trata de los seguros paramétricos, que tienen muchos usos, entre ellos, como cobertura para riesgos catastróficos.
Se trata de seguros no tradicionales, que se ejecutan cuando se cumplen los “parámetros” establecidos en la póliza, y no solo indemniza daños directos a la propiedad, sino también a la pérdida económica directa o indirecta.
A diferencia de un seguro tradicional de property, no se necesita un daño físico a las propiedades del asegurado; se necesita que se cumplan los parámetros establecidos en el contrato (magnitud del terremoto, velocidad de viento o milímetros de lluvia, entre otros); no se aplican deducibles; y no existe el proceso de ajuste.
Los seguros paramétricos más comunes son para riesgos de catástrofes naturales tales como terremoto, huracán, y exceso de lluvia. También existen seguros paramétricos agrícolas, contra heladas, así como incendios forestales. En Argentina se ha intentado su implementación, sobre todo para el agro, pero nunca lograron su desarrollo.
«Este tipo de aseguramiento está tomando mayor relevancia a nivel mundial y proyectamos que continuará creciendo en los próximos años», aseguran desde Marsh. En su caso, cuentan con pólizas paramétricas que cubren el SIRs (Self Insurance Retention), otras que cubren deducibles de las pólizas tradicionales, otras que reemplazan las coberturas tradicionales, y otras que complementan las mismas. Estas pólizas tienen muy pocas exclusiones, lo que permite la versatilidad de uso de estos seguros.
Estos seguros pueden contratarse de diferentes maneras, mediante aseguradoras, reaseguradoras, brokers o fondos internacionales, creados específicamente para estos imprevistos, como por ejemplo para las regiones de Centroamérica y el Caribe existe la Facilidad de Seguros contra Riesgos Catastróficos en el Caribe (CCRIF SPC, por sus siglas en inglés), el African Risk Capacity (ARC) y el Pacific Catastrophe Risk Insurance Company (PCRIC). El Banco Mundial también ofrece ayuda y asistencia a los países que lo encuentren necesario. Según los expertos, se pueden aplicar tanto para las entidades privadas como para las gubernamentales, brindando un rápido recurso de financiamiento para recuperarse pronto del evento catastrófico.
Así, los seguros paramétricos emergen como una nueva alternativa, no solo en los países donde las catástrofes son recurrentes, sino también en aquellos que buscan tener la certeza de contar con un instrumento que los respalde en un mundo pospandémico que está cambiando a pasos agigantados y que requiere nuevas soluciones ante todo tipo de imponderables.