En el Día Mundial Sin Tabaco 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que cada año, más de 7 millones de personas fallecen como consecuencia de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, una de las mayores amenazas a la salud pública mundial y, también, una de las principales causas evitables de enfermedades no transmisibles.
El control del tabaco es una poderosa herramienta para mejorar la salud pública y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La meta 3.4 de los ODS fijada para 2030 consiste en reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, incluidas las enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, el cáncer y la diabetes, según detalla una nota de la OMS.
Además, en la meta 3.a de los ODS se exige la aplicación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, que entró en vigor en 2005. Las 180 Partes en el Convenio están obligadas a adoptar una serie de medidas para reducir la demanda y el suministro de los productos de tabaco, entre ellas la protección de las personas contra la exposición al humo del tabaco; la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco; la prohibición de la venta a los menores; la imposición de advertencias sanitarias en los envases de tabaco; el fomento del abandono del hábito tabáquico; el aumento de los impuestos al tabaco, y el establecimiento de un mecanismo coordinador nacional para el control del tabaco.