BBVA Seguros participó de Insurance 360°: prevención del fraude en seguros, un evento organizado por BDO en Argentina. Allí, el senior manager de Siniestros y Asesoría Legal de BBVA Seguros, Fernando Iannotti, quitó el foco de la tecnología y lo puso en la capacitación del talento que trabaja con ella: “La tecnología es una herramienta de ayuda, pero no es la única. También se necesitan recursos capacitados que sepan usar esta tecnología”, expresó. “Hoy es más importante para un analista de fraude o de prevención del fraude el trabajo en datos que en el conocimiento de seguros en particular”, afirmó.
Otra cuestión indispensable en la prevención es qué se hace con los datos que se obtienen: “Las aseguradoras están abriéndose cada vez más a la posibilidad de compartir información de sus bases de clientes con algún antecedente de fraude”.
Según explicó el ejecutivo, el escenario de “polarización” de las compañías de seguros permite que “el defraudador vaya mutando su mismo siniestro por distintos denunciados, por distintas aseguradoras, y las aseguradoras ni se enteran de que tuvo algún antecedente en otra, donde ya cobró el mismo siniestro, donde ya tuvo algún tipo de participación con algún evento, con la misma documentación inclusive”.
El panel de expertos en el que participó Iannotti despertó un gran interés entre los participantes. El ejecutivo de BBVA Seguros compartió el encuentro con el gerente de Prevención de Fraudes y Quality Assurance en Allianz Argentina, Fernando Touriño.
Tipos de fraude y cómo combatirlos
Durante el encuentro, ambos expertos mencionaron los tipos de fraude más habituales: pluralidad de seguros; modificación de la causa real del daño, como cambio de fecha, de causa y en la descripción del siniestro; préstamos de póliza; autolesión en los seguros de personas, accidentes personales y seguros de vida; suplantación de identidad; y compra de bienes dañados.
Si bien ante este panorama Iannotti manifestó que “es una utopía creer que el fraude se puede eliminar del sector del mercado porque existe el seguro», se mostró optimista en el cruce de información de diferentes fuentes para afrontarlo.
Entre ellas, se refirió a los datos aportados por sistemas de control “parcializados” como Fénix, Iris y Sofía. Para ser más exhaustivos, enfatizó la necesidad de complementarlos con otro tipo de herramientas como la búsqueda en redes sociales, la identificación de fotos para determinar que la imagen que envía el asegurado sea real y el cruce de información proveniente de la industria financiera, como datos de Veraz o Nosis.
Sin embargo, la herramienta que señaló como más relevante es el talento capacitado: “la tarea específica de analista de fraudes no tiene tanto que ver con el conocimiento de lo que son las técnicas propias de la actividad aseguradora, sino las técnicas propias de prevención del fraude. Y el fraude va más allá del seguro, porque el fraude abarca no solamente esta actividad, abarca todas las actividades”.
Cómo mejorar los productos desde su creación
Hacia el final del encuentro, el ejecutivo de BBVA se refirió a las mejoras en la producción misma de las coberturas: “El siniestro es la última puerta que tiene el defraudador y en muchos casos es la única. Si nosotros no le ponemos puertas antes, claramente tenemos muy débil la posibilidad de poder prevenir el fraude en la venta, en la suscripción, en la oferta y en la elaboración de los productos también”, afirmó.
En ese sentido, explicó que “hay productos que son muy permisivos”, particularmente aquellas coberturas que no requieren que se pruebe la preexistencia del bien. Así, para no facilitar el fraude es clave la participación de la persona responsable de prevención de fraude en la elaboración del producto “para que pueda, desde su conocimiento, de su expertise, dar su aporte y generar valor en este proceso, en este trabajo de prevención del fraude”, concluyó.