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El futuro del trabajo: De estructuras a redes

Por Leo Scapato, Director Comercial de Cognizant.-

Analicemos qué está pasando en el mundo de los negocios y tratemos de definir cómo abordar el tema en nuestro país y en la industria del seguro. En Cognizant hemos estudiado el futuro del trabajo desde distintas perspectivas. Hoy nos focalizaremos en las estructuras organizacionales.

Gabriel trabaja como líder de producción en una aseguradora internacional. Conoce bien su papel: cuál es su rol, las tareas de las que es responsable y sus objetivos. Tiene un jefe y tiene empleados -en algunas compañías, se los denomina colaboradores-. Al mismo tiempo, Gary sabe que hay un camino definido para escalar la escalera corporativa: posiblemente ayude un título o un posgrado, tener experiencia con X número de años trabajando y la oportunidad de avanzar algunos casilleros en la estructura (si es bueno en su trabajo). Es su objetivo y cada día hace las cosas para cumplirlo. Para Gabriel, seguir este camino hace que sea mucho más fácil ver, decodificar y entender el orden de oportunidades del mundo corporativo.

Independientemente del tamaño, la industria o la ubicación, la mayoría de las organizaciones funcionan actualmente mediante una jerarquía de comando y control. En Argentina también es así y en seguros también. Desde los sistemas de castas hasta el feudalismo, pasando por la realeza y la política y las empresas, la sociedad humana se ha desarrollado con el principio de jerarquías. De hecho, las relaciones de poder existen en la mayoría de los sistemas que involucran a los seres humanos, ya sean formalizados o no: Un empleado de suscripción que está emitiendo una póliza lo hace para resguardar el patrimonio de un cliente y al mismo tiempo para satisfacer la demanda de un productor de seguros; un consultor que trabaja en sus diapositivas de presentación está agregando valor al negocio del cliente; un maestro está enseñando a los ciudadanos del mañana, potenciando su futuro o no. Cada uno de nosotros está ocupado persiguiendo una misión como parte de las jerarquías que nos rodean. 

Las jerarquías han permitido a nuestros cerebros procesar fácilmente nuestros contextos de trabajo a través de roles de negocio bien definidos, y su estrecha estructura organizativa mantiene el orden y deja afuera el caos.

Pero aunque las jerarquías han funcionado durante cientos, miles de años, ya no están funcionando. 

A los millennials no les interesan las estructuras –hierarchies, en inglés- y prefieren trabajar en wirearchies (término acuñado por el consultor y autor Jon Husband): redes dinámicas de nodos conectados, libres de prioridades o rangos predefinidos. La agenda de la jerarquía formal está desalineada, y a menudo en conflicto, con las realidades actuales. Haber llegado a ser gerente o director no significa que “estás hecho”. La nueva clave del éxito reside en crear y nutrir conexiones profundas basadas en la confianza cada vez que las conexiones virtuales se combinan con interacciones físicas reales.

Esto no significa que las jerarquías se extingan por completo. El mejor modelo es un híbrido de los dos, equilibrando el organigrama formal del primero con estructuras de autoridad más informales y fluidas. En este modelo, personas como Gabriel estarán empoderados con redes y plataformas para conectarse, crear, lograr, trabajar, destacarse y ser más inteligentes para ayudar a mejorar el rendimiento de sus empresas. 

En el futuro, los grandes saltos en la productividad serán el resultado de la colaboración colectiva en lugar de la excelencia individual.  En todas las empresas y en seguros también.

Por lo tanto, si su compañía sigue aplicando prácticas de trabajo en la Era Industrial a los patrones de trabajo de la Era de la Información, podría ser el momento de considerar cambiar de dirección.