El concepto de Airbnb, donde uno puede alquilar su vivienda a particulares, se trasladó también a los automóviles. En Estados Unidos empresas como Turo o Drivy en Francia y España tomaron el concepto de negocio basado en la economía colaborativa que propone Airbnb, donde una persona puede alquilar su auto mientras no lo utiliza con grandes réditos. Esta tendencia es muy reciente en nuestro país y comienza a tomar forma a partir de emprendedores locales.
Franco Sakkal, es uno de los fundadores de Clapcars. Una plataforma online de alquiler de autos entre particulares que propone un ingreso extra para los que quieran poner su auto en alquiler y beneficios para los que busquen alquilar sin tener que recurrir a una agencia. Hace un año y medio se asoció con una rentadora y comenzaron con la búsqueda del seguro, que fue lo más complicado de consolidar. Seguros Sura es la compañía que acompaña a Clapcars y a través de su asociación pudieron terminar el producto.
La sitio se lanzó a principios de marzo y ya cuenta con una base de autos para alquilar e incluso ya hubo transacciones en Buenos Aires y en el interior de país.
Trabajaba en un fondo de inversión y mi tarea era el análisis para la compra de nuevas empresas. Al analizar la compra de la franquicia de Hertz, vi cuánto había por desarrollar en la industria del rental car y se me ocurrió algo que vi después que existía y tenía mucho éxito internacional», comenta Sakkal.
¿Cómo funciona?
El usuario debe registrarse y cargar sus datos personales y pasar por un chequeo del equipo. Mientras que los requisitos para los autos son tener la Cédula Verde al día, ser titular del vehículo, no disponer de motor con GNC, buen estado de conservación del auto y una antigüedad menor a 8 años.
La plataforma sigue las regulaciones vigentes y cuenta con herramientas para que el proceso sea legal por eso brindan un modelo de contrato de alquiler para que propietarios y conductores tengan todo en orden. El creador afirma que a través de la plataforma el proceso es 100% legal y circular. «Aquí no hay transporte de pasajeros por lo que no entran en el gris que han entrado otras compañías», en referencia a UBER.
En cuanto a los precios, corren por cuenta del dueño aunque son menores a los de mercado. El propietario se queda con el 80% del valor del alquiler y el 20% restante va para la plataforma y para el pago del seguro que es diario.