Los pronosticadores mantienen la expectativa sobre el desarrollo del fenómeno “El Niño/La Niña”, ya que los tiene en “jaque” con su constante evolución. Existen coincidencias y discrepancias sobre las perspectivas para fines de este año y comienzos del 2025. “No es un tema menor, dijo Jean Philippe Boulanger, Director de Ecoclimasol, sobre todo si tenemos en cuenta que La Niña afecta la disponibilidad del agua y el rendimiento de los principales cultivos en la Argentina.”
“Para mitigar alguno de los impactos negativos será necesario planificar e implementar medidas de adaptación, adelantándose a los efectos del clima. Debido al potencial impacto que La Niña puede producir en la agricultura argentina, sería conveniente adoptar estrategias orientadas a reducir los riesgos asociados con la sequía, basadas en la adaptación de la fecha de siembra, la diversificación de cultivos, la selección de variedades más resistentes, y el uso de tecnologías de agricultura de precisión para optimizar el manejo y los costos. En particular, planificar una siembra más tardía de los cultivos de verano puede permitir exponerlos menos en sus etapas de floración y llenado de granos más vulnerables a la falta de agua”, agregó Boulanger.
Recordemos que el fenómeno de La Niña es un evento climático natural que ocurre en el océano Pacífico tropical y tiene un impacto significativo en el clima global. Se caracteriza por el enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del océano, en contraste con El Niño, que implica un calentamiento anómalo de las mismas aguas.
Puntualmente en la Argentina, La Niña produce un impacto significativo en la agricultura, ya que influye sobre los patrones climáticos, especialmente con relación a las lluvias y las temperaturas
Desde mediados de septiembre de este año las condiciones neutrales de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) persistían en el Pacífico ecuatorial occidental, comenzando a observarse signos del desarrollo de La Niña, incluyendo el fortalecimiento sostenido de los vientos alisios y una reducción en la convección en la parte central y oriental del Pacífico.
Estos cambios disparan un alerta para el sector agrícola del país, debido a que La Niña históricamente ha estado asociada con períodos de sequía en varias regiones, afectando de manera directa la producción agrícola.
Uno de los principales efectos de La Niña es la disminución de las precipitaciones en las regiones agrícolas clave de Argentina, como la Pampa húmeda, el noroeste y el noreste del país.
“Durante los episodios de La Niña se generan condiciones más secas en gran parte del territorio. Esta escasez de lluvias afecta particularmente los cultivos de verano, como el maíz, la soja y el girasol, que dependen de niveles adecuados de humedad en el suelo durante los meses críticos de crecimiento, especialmente entre octubre y marzo. Durante estos meses, que se esperan condiciones típicas de La Niña, las lluvias son insuficientes para el desarrollo óptimo de los cultivos, lo que puede resultar en una disminución de los rendimientos y, en casos más extremos, en pérdidas significativas de la cosecha, dijo Jean Philippe Boulanger.
Para los próximos meses, según los pronósticos, se espera que las condiciones de La Niña afecten el período octubre-diciembre de 2024, con una probabilidad del 60-71% de su desarrollo, lo que incrementa el riesgo de sequías durante la temporada de siembra y crecimiento de estos cultivos.
Si bien algunos modelos, como los del centro de pronósticos climáticos IRI (https://iri.columbia.edu/our-expertise/climate/forecasts/enso/current/), predicen una Niña más débil y de corta duración, la posibilidad de un déficit hídrico sigue siendo alta, lo que pone en alerta a los productores y a las autoridades del sector agropecuario.
Hay que considerar que la información climática actualizada juega un rol fundamental, promoviendo seguros agrícolas que cubran pérdidas por sequía, tal como el seguro paramétrico INDEVI, y fomentando la investigación y el desarrollo de variedades de cultivos más resistentes al estrés hídrico.
Anticipar los posibles impactos climáticos sobre los rendimientos hoy es posible gracias a la Inteligencia Artificial. Diseñado específicamente con IA, Agroevisol es un producto que provee monitoreo continuo y pronóstico de los cultivos.