“El comercio electrónico, la nube y la innovación tecnológicas son importantes porque crean oportunidades reales para la gente en todo el mundo”, aseguró Claudio Muruzabal, Presidente de SAP Latinoamérica y el Caribe. La declaración fue vertida en el marco de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Buenos Aires del 11 al 14 de diciembre.
En 1998, durante la segunda conferencia organizada por la OMC, los ministros adoptaron la Declaración Global de Comercio Electrónico. En ese momento, sólo 147 millones de personas contaba con acceso a internet (3,7% de la población mundial), contra los 3.885 millones de la actualidad, equivalentes a más de la mitad de la población global. Independientemente de ese incremento exponencial, quedan por delante muchos desafíos pendientes.
El comercio electrónico representa, tal como mencionara Muruzábal, una fuente de oportunidades para la región. La plataforma de comercio B2B SAP Ariba, por lo pronto, procesa operaciones totales por más de 1 billón de dólares al año en todo el mundo, según datos del tercer trimestre de 2017.
Las exportaciones abren a su vez una nueva puerta. Si bien las operaciones transfronterizas constituyen una porción reducida del comercio internacional, las señales de crecimiento están a la vista y se estima que las ventas internacionales de bienes en el segmento B2C pasen de los US$300.000 millones que se alcanzaron en 2015 a los US$3.4 billones, según el Monitor de comercio e integración de América latina, de noviembre de 2017, desarrollado por el BID. Así, la recuperación de 7,2% experimentada por las exportaciones latinoamericanas, impulsadas por una mayor demanda de las principales economías globales (entre ellas la zona euro) y por una mejora de los precios relativos de los productos regionales, podría convertirse en una buena noticia de doble vía.
Sin embargo, queda mucho camino por recorrer antes de poder capitalizar ese espectro de oportunidades. De acuerdo a un informe del BID, “la percepción de los empresarios en la región de América Latina y el Caribe muestra que las principales barreras para el desarrollo del comercio electrónico están centradas en la capacidad logística insuficiente y las regulaciones de aduana de costoso incumplimiento”. En particular, las pymes de la región reconocen como estos efectos como particularmente nocivos, según encuesta a las empresas que participan en la plataforma ConnectAmericas del BID: 30% de los exportadores regionales califican el acceso a mercados, la logística y las regulaciones como barreras de alto impacto en el comercio electrónico transfronterizo.
Por otra parte, la falta de claridad y las brechas regulatorias, sumadas al ritmo lento al que estos problemas se abordan en los foros multilaterales, derivaron en que los países comiencen a incluir disposiciones correspondientes al comercio electrónico en los acuerdos plurilaterales (ACP). Alrededor de 70% de los ACP contiene al menos una disposición sobre el comercio electrónico y 52%, un capítulo separado sobre el tema.
Los procesos de transformación digital encarados por muchas empresas de la región tienden a reducir la brecha: el Monitor sostiene que la mayoría de los países de Latinoaméricaimplementó programas para expandir la disponibilidad y la adopción de las TIC y que el número promedio de suscripciones de banda ancha móvil por cada 100 habitantes pasó de 5,6 en 2011 a 59,1 en 2016. Más allá de esto, la calidad del servicio todavía es baja y los costos elevados. Por otra parte, es fundamental enfatizar en el conocimiento y en las habilidades necesarias para el uso de las TIC, con planes para acercar a los jóvenes a este tipo de capacidades, como el programa LatinCode Week que SAP implementó desde hace dos años junto con Junior Achievement.
“Es clave que las empresas y los gobiernos trabajemos en democratizar todos los sectores y en crear confianza en este sistema, lo que ayudará a que la sociedad en su conjunto pueda progresar, más allá de alguna tecnología en particular”, concluyó Muruzábal.