En 2014, la Federación Mundial de Neurología estableció el 22 de julio como Día del Cerebro, con la misión de concientizar sobre la salud cerebral y la importancia de prevenir las enfermedades cerebrovasculares. Es por eso que en su rol activo dentro de la comunidad, ATM Seguros aprovecha la fecha para concientizar año tras año sobre la importancia de la utilización del casco al circular en moto.
En un escenario post-pandemia, donde habrá cambios de hábitos relacionados a la movilidad, resulta aún más relevante recordar lo que dicen las cifras.
En la Ciudad de Buenos Aires quedó demostrado que cuando se incrementó en un 10% el uso de motos para uso comercial, disminuyó en un 2,5% el uso del casco; según los datos del Tercer estudio observacional sobre factores de riesgo vial, quienes circulan en moto para trabajar son menos afectos a usar casco que quienes lo hacen de manera particular/recreacional: 68,7% versus 81,7%.
A su vez, el mismo informe indica que a partir de 2016 existe una tendencia – estadísticamente significativa- al descenso en el uso del casco por el conjunto de los tripulantes de los motovehículos, algo que resulta preocupante.
«Como aseguradora número uno de motos del país es nuestra obligación difundir la importancia de la utilización de un elemento que salva vidas. Parece obvio pero no lo es: a diario vemos muchos motociclistas que conducen sin casco o con el casco levantado, lo cual los deja muy expuestos ante un eventual accidente», señala Eugenio Muerza, gerente comercial de ATM Seguros.
Ahora más que nunca, en el regreso a la «nueva normalidad», los distintos gobiernos están desalentando el uso del transporte público para disminuir la posibilidad de contagios de COVID-19; esto supone un redoblamiento de los esfuerzos a la hora de comunicar todo aquello vinculado a la Seguridad Vial.
«En Argentina se prevé que al igual que en todo el mundo, la pandemia impacte en las formas de movilidad de la gente. El contexto requiere de un foco adicional en el fomento y fiscalización del uso de los sistemas de seguridad según el transporte ya que parte de la población cambiará su forma de desplazarse y es preciso que sepa que así como se deben tomar recaudos para evitar el contagio, deberá adoptar medidas de seguridad correspondientes», María Fernanda Nani Rodríguez, presidente de la Fundación Gonzalo Rodríguez, una ONG creada en Uruguay hace 20 años que en este tiempo se convirtió en referente a nivel internacional en materia de Seguridad Vial Infantil y en Conducción Segura en motos.
«En un choque en moto, el cuerpo absorbe una magnitud energética enorme, lo que aumenta significativamente la posibilidad de salir gravemente herido o perder la vida. Es vital la precaución, el cumplimiento de las normas y el uso del casco homologado e integral, ya que es el único que cubre la cara, además de la cabeza», añade Nani Rodríguez.
«El casco me salvó la vida. A lo largo de mi carrera deportiva tuve un montón de accidentes en los que literalmente el casco me salvó la vida porque la desaceleración que se produce es impresionante y un buen casco colocado correctamente reduce las consecuencias de ese impacto», afirma Sebastián Porto, ex campeón de motociclismo y embajador de Seguridad Vial de ATM Seguros.
«Recuerdo un golpe en particular en Goiania, Brasil en el que el al caer pegué contra el asfalto y después contra el muro, fue nacer nuevamente. Por golpes como esos es que hoy en día no se me ocurre salir ni al centro de mi pueblo en mi moto sin ponerme el casco», agrega Porto.
¿Qué tener en cuenta? El casco debe ser homologado, en lo posible cerrado para proteger la mandíbula -lugar donde principalmente impacta la cabeza-, del tamaño adecuado y debe estar correctamente ajustado. No se debe considerar el casco como un gasto sino como una inversión; hay que recordar que los cascos tienen fecha de vencimiento y que hay que respetar las indicaciones del fabricante para que no se dañe el casco y no disminuya la visibilidad del visor. En tal caso, hay que reemplazarlo.