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Después de un ataque de ransomware, ¿qué hacer?

El ransomware puede crear una crisis de riesgo sistémico en los negocios y en la confianza del consumidor. El pago de los rescates puede abrir la puerta a una mayor criminalidad, por ello se recomienda no hacerlo. No existe una compañía o herramienta que pueda romper el código de cifrado de un ransomware, por lo cual la estrategia de ciberseguridad se debe basar al 100% en prevenir un evento de este tipo. La segmentación de la red es un enfoque complementario que ha demostrado reducir significativamente el riesgo de ataques basados en movimientos laterales a gran escala.

Ante un ataque por ransomware los responsables de la seguridad deben ayudar a sus organizaciones a recuperar rápidamente la resiliencia,  deben comprender y contrarrestar los nuevos desafíos que plantea este tipo de amenaza, fortalecer las defensas en los recursos humanos, los procesos y la tecnología, además de demostrar por qué la seguridad es esencial para la estrategia de los negocios.

Oswaldo Palacios, Director de Ingeniería de Ventas para México y LATAM de Guardicore, destacó que tras haberse confirmado un ataque de ransomware, los CISO deben evitar que se propague en la red, verificar el tipo de variante de ransomware (los principales de este año son: DoppelPaymer, Sodinokibi, Hades, Ryuk y Conti), aislar lo más posible los activos infectados e investigar cómo ocurrió el ataque, y comprender cabalmente la intrusión y la medición del impacto.

El pago de los rescates puede abrir la puerta a una mayor criminalidad, por ello es recomendable no hacerlo; desafortunadamente no existe la seguridad de que los datos se puedan recuperar. “Es una moneda al aire hacer un pago y además se estaría alentando la ya creciente ola de delitos de este tipo. Existe una cifra negra respecto de las compañías que decidieron pagar para recuperar la información y, por el daño reputacional que añade, no existe un registro de dicha actividad”, dijo el directivo.

Por su parte, el documento Respuesta y recuperación ante el ransomware elaborado por la firma de consultoría Accenture destacó que el ransomware puede crear una crisis de riesgo sistémico en los negocios y en la confianza del consumidor. Los impactos típicos en los negocios incluyen: disrupción en la producción, la entrega o los servicios al cliente; pérdida de datos comerciales sensibles o información protegida; costos directos de reparación, recuperación o potencial pago de rescate; costos asociados a litigios, que suelen ser demandas colectivas; sanciones legales y regulatorias; y daño a la reputación.

El directivo reiteró que un ataque de ransomware trae consigo un grave daño en la reputación de una empresa, ya que en algunos países es obligatorio el dar a conocer cuándo se ha sido víctima de este tipo de acontecimientos y, en determinados casos, pagar una multa; con lo cual se pone en entredicho la capacidad de las compañías para hacer frente a los ciberataques.

Los ataques de ransomware van desde secuestro de información tales como bases de datos, respaldos y demás información crítica; en otros casos, el daño involucra servidores y aplicaciones de producción con lo cual la afectación es aún mayor, ya que la compañía podría dejar de operar y deberá asumir las pérdidas financieras que esto implica.

A decir de Palacios, desafortunadamente no existe una compañía o herramienta que pueda romper el código de cifrado de un ransomware, por lo cual la estrategia de ciberseguridad se debe basar al 100% en prevenir un evento de este tipo. “Una opción para adelantarnos a estos eventos maliciosos es el crear microsegmentos de comunicaciones con lo cual podemos asegurarnos de que nuestras joyas de la corona digitales serán accedidas por quien de verdad lo necesite y nos permite  conocer al 100% la interacción de nuestro centro de datos. Es importante tener visibilidad sobre todos nuestros activos, ya que no se puede proteger, lo que no se puede ver”.

Reducir el riesgo de ransomware mediante el uso de una política de segmentación adecuada proviene de su simplicidad: un bit puede viajar por el cable (o un Vswitch) a una máquina diferente (o una VM / contenedor) o puede bloquearse, haciendo que el intento de los atacantes por  alcanzar más recursos en la red sea  inútil, dando al equipo más tiempo para responder al ataque y actualizar a las partes interesadas clave de la organización para que puedan tomar decisiones informadas sobre el daño de dicho ataque.

El directivo reiteró que los encargados de ciberseguridad deben implementar soluciones que les permitan tener una completa visibilidad a nivel de proceso de comunicación de cómo interactúan entre sí los servidores, aplicaciones y ambientes dentro del centro de datos, y a su vez, les permita crear segmentos definidos por software para aislar aplicaciones críticas y de esta manera estar preparados ante cualquier tipo de amenaza, no solo de ransomware.

La segmentación de la red no es una alternativa a un firewall o a una plataforma EDR (Endpoint Detection Android Response), es un enfoque complementario que ha demostrado reducir significativamente, o eliminar por completo, el riesgo de ataques basados en movimientos laterales a gran escala en las organizaciones. Inclusive la Orden Ejecutiva de Ciberseguridad, recientemente emitida por el presidente Joe Biden, destaca la importancia de la segmentación de la red para la reducción significativa de los ataques de ransomware.

La segmentación de la red ayuda no solo a mitigar el riesgo en algunos casos, sino también a reducir en gran medida el riesgo de un ataque de doble extorsión si se implementa correctamente, al contener y minimizar el “radio de explosión” de un ataque de ransomware. Incluso si los firewalls y los EDR no lograron evitar la ejecución del ransomware, la segmentación adecuada mantendrá ese daño contenido y no permitirá que los atacantes se muevan lateralmente a través de la red, robando más datos y cifrando más archivos.

¨La implementación de soluciones preventivas como la segmentación de la red maximizan la seguridad de las organizaciones  ante   la posibilidad de sufrir un ciber ataque, ya sea de ransomware o de cualquier otra índole, que causaría  además del gran costo económico  un  enorme daño a su marca y a su reputación¨, finalizó Palacios.