Comencemos aclarando que Delegar no es desligarse de la tarea o dar una orden o encargo. Es un verdadero PROCESO en el que uno le da poder a otro con un objetivo claro y preciso, para que ejecute alguna tarea con eficiencia y en un tiempo determinado, pero sin perder la responsabilidad por ello. Quien delega, se hace solidariamente responsable con quien fue delegado y debe explicarle adecuadamente qué quiere, cómo lo quiere, cuándo lo quiere y darle un adecuado Seguimiento.
Si el líder delega en forma correcta y tiene confianza en el resultado que su colaborador obtendrá, inmediatamente tendrá tiempo para reflexionar sobre los temas estratégicos que deben ocuparlo. Delegar favorece la mirada global de problemas, riesgos y oportunidades. Permite mayor flexibilidad y valentía para hacer cambios y promover ideas innovadoras, estimula el crecimiento, fomenta la responsabilidad y mejora los resultados individuales y grupales. Además, alivia el estrés del líder y le permite disponer de más tiempo para las tareas de liderazgo.
Diariamente encontramos en la práctica laboral, líderes agotados y desmotivados, que formulan reiteradamente las mismas “excusas” para no delegar aquello que es delegable: “no tengo tiempo para hacerlo”, “esta tarea sólo la puedo hacer yo”, “no tengo un empleado lo suficientemente preparado”, “no puedo dar más tareas a mis empleados porque ya están muy exigidos”, entre otras.
Detrás de estas excusas, se observa una falta de seguridad personal que resulta restrictiva para delegar, acarreando una gran sobre exigencia para el Líder. Estas excusas esconden los verdaderos motivos, que pueden ser: poca paciencia del Líder para enseñar, explicar y supervisar, temor a que el otro lo termine haciendo mejor que él, desvalorización de las cualidades del colaborador, una mala administración del tiempo o una baja toma de consciencia de la potencialidad del trabajo en Equipo.
Es probable que el empleado, al principio, no haga las cosas como uno las haría, pero mediante su entrenamiento y seguimiento, con el tiempo y a su manera, hasta puede llegar a hacerlas mejor. Entrenar a los otros para que puedan ejecutar en tiempo y forma, es una inversión extremadamente redituable: no lleva mucho esfuerzo y proporciona enormes beneficios.
Modelo de Delegación PHARUS:
1. Decida qué tarea concreta se va a delegar.
2. Evalúe la importancia de la tarea.
3. Seleccione al empleado que la llevará a cabo.
4. Anote la fecha exacta en que se asume la responsabilidad.
5. Explique el Propósito de la tarea: su relación con los objetivos de la Empresa.
6. Oriente al colaborador sobre cómo hacerlo: explique cómo se ha hecho otras veces.
7. Proporcione toda la información necesaria para realizar la tarea.
8. Sea claro: haga un resumen de los problemas con los que se podría encontrar, establezca los
límites de la autoridad del empleado y la forma de comunicación que se utilizará entre ustedes.
9. Señale el plazo y condiciones del trabajo.
10. Supervise la tarea.
11. Haga las correcciones necesarias.
12. Evalúe la tarea realizada junto con el empleado.
Es misión del líder transmitir sus conocimientos para poder transitar por los escenarios de incertidumbre en que estamos inmersos y mejorar los resultados en cada procedimiento. Es grave que hoy, con lo exigidos que están los equipos, no se aprovechen al máximo los recursos disponibles.