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Cuando no hay nada nuevo bajo el sol

 Por Ing. Gabriel Mysler, Consultor especializado en Innovación para la industria de Seguros.-

Lo que fue, es lo que será.

Lo que se hizo, es lo que se hará.

No hay nada nuevo bajo el sol. Eclesiastés 1-9

Este es tal vez uno de los pasajes más conocidos de la Biblia, y a la vez uno de los más difíciles de interpretar.

¿Significa que nada cambia? ¿Que no hay innovación posible? ¿Que no podemos mejorar? ¿Que la historia siempre se repite?

Si leemos este versículo aislado de su contexto, todo nos llevaría a creer que el texto se opone a la evolución, al progreso y a la mejora. Hay un determinismo implícito en el texto que hace difícil creer que como humanidad podamos crear un futuro distinto y mejor…

Sin embargo, si lo leemos en su contexto, el capítulo 1 de Eclesiastés habla de la vanidad del hombre. De la facilidad que tenemos de creernos los “Reyes del Universo”. Llevado al plano laboral es la vanidad de creer que cada producto o servicio que creamos es revolucionario y cambiará el mundo.. Que cada artículo que publicamos en algún medio cambiará la realidad de millones de personas, que cada opinión que vertimos modificará el futuro.

Es ante estos pensamientos que el texto nos dice; “Vanidad de vanidades”… no te enamores de tu idea, no te convenzas de que es tan buena, sé humilde y seguí para adelante!

Cuando nos enamoramos de nuestras creaciones, caemos en una soberbia que nos enceguece. Aquí el texto  nos recuerda que “No hay nada nuevo bajo el sol”. El texto nos dice que hay que seguir trabajando para perfeccionar  la idea, para mejorarla día a día.

Innovación no es una acción aislada. Innovación es una decisión permanente y un estilo de vida. Es una manera de pensar y de trabajar. Es cambiar la perspectiva y poner el centro en el cliente y no en nosotros, en nuestras empresas o en nuestros productos.

Novedad no es sinónimo de innovación.

Desde el punto de vista de imagen o marketing, con ser novedad muchas veces es suficiente… Lo nuevo nos da una buena excusa de comunicación. Lo nuevo nos permite reinstalar un tema. La novedad llama la atención.

Un nuevo logo, una nueva APP, un nuevo sistema de carga de datos, una nueva página web o una novedosa campaña en redes sociales no necesariamente implican innovación.

Cuando vemos un sistema de venta online que reproduce las preguntas, las clasificaciones y las propuestas tradicionales  de venta offline pero en Internet, nos queda claro que hay novedad pero que en la oferta no hay innovación.

Las tres condiciones para innovar

 Toda innovación debe traer tres condiciones 

         Novedad

         Cambio

         Ventaja

Debe haber algo nuevo en la propuesta. Debe cambiarse el modo de pensar u operar. Debe conseguirse una ventaja significativa que justifique esta novedad y este cambio.

Los tres factores deben estar presentes de modo simultáneo. Si se verifica sólo uno o dos de estos factores, no será innovación.

Antes de innovar debemos preguntarnos qué ventaja ofrecemos, dónde está el cambio positivo y cuál es la novedad.

Si no se presentan las tres condiciones podemos afirmar que no hay nada nuevo bajo el sol.