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Crece la adopción de vehículos eléctricos y promoverá más innovaciones en el ecosistema automotriz

El futuro de la movilidad va mutando cada vez más rápido y acompañado de la tecnología llega para cambiar a pasos firmes la industria automotriz.  Es por esto que McKinsey & Company realizó un informe sobre el curioso aumento de adopción de vehículos eléctricos que está cambiando el ecosistema automotriz, indagando sobre qué se espera para este futuro cercano.

Según lo que afirma la compañía, “el sector automotriz está en la cúspide de cambios no vistos desde que el Ford modelo T salió de la línea de producción a principios del siglo XX”. Esto quiere decir que los gustos, preferencias, y utilidades que los usuarios le dan a los automóviles se transforman todo el tiempo y es por esta razón que las empresas han invertido un gran capital para abordar estas tendencias: desde 2010, los inversores han canalizado US$ 280 mil millones en soluciones innovadoras de hardware y software para automóviles. Casi la mitad de esta inversión, entre US$ 115 mil millones y US$ 120 mil millones, se destinó a vehículos eléctricos (EV).

Cambio de paradigma

Desde hace años, la industria se ha sustentado gracias a la venta de vehículos tradicionales con motores de combustión interna. Ahora, los vehículos eléctricos, que antes  representaban una pequeña porción de los vehículos vendidos, se encuentran en un punto de inflexión y son responsables de gran parte del entusiasmo dentro de los mercados de capitales. Las ventas de vehículos eléctricos de pasajeros aumentaron considerablemente desde la segunda mitad del 2020, y McKinsey asegura que la demanda mundial de vehículos eléctricos se multiplicará por seis desde 2021 hasta 2030, con ventas anuales de unidades que pasarán de 6,5 millones a aproximadamente 40 millones durante ese período.

De todas maneras, es necesario prestar atención a algunos puntos de este nuevo sistema automotriz, antes de que la producción y las ventas de vehículos eléctricos puedan ganar escala, como por ejemplo las dificultades para obtener la materia prima necesaria como el litio, níquel y cobalto, que se utilizan en las baterías, un número insuficiente de gigafábricas que producen baterías y, por ultimo, una infraestructura de carga pública que debe construirse para mantener el ritmo de la cantidad de vehículos eléctricos en la carretera.

Las Gigafactorías y su importancia en la industria de los automóviles eléctricos

Las instalaciones extremadamente grandes donde se producen la mayoría de las baterías de los vehículos eléctricos se denominan gigafactorías. Obviamente, los motores de estos nuevos vehículos contienen materiales diferentes a los que se utilizan en los motores tradicionales, como el litio, cobalto y níquel, entre otros componentes. La mayoría de las gigafábricas se fundaron en Asia y representaron alrededor del 80 por ciento de la capacidad de producción de baterías en 2020.

McKinsey afirma que hoy en día los operadores de gigafábricas se enfrentan a dos problemas importantes. En primer lugar, cuando se construyen estas enormes instalaciones, inevitablemente surgen problemas de construcción, lo que aumenta tanto los costos como los plazos. Y segundo, después de que se abren las gigafábricas, muchas empresas luchan con la eficiencia operativa. El informe predice que el 30 por ciento de la capacidad anual recién agregada estaría en riesgo solo en América del Norte para 2025, dejando potencialmente a más de 300.000 vehículos sin baterías cada año en esa región.

 Manejo de problemas de construcción

Debido al crecimiento incipiente de los vehículos eléctricos, las empresas deberán crear muchas más gigafabricas. “Si la demanda mundial de vehículos eléctricos crece según lo proyectado, la industria necesitaría 200 nuevas gigafábricas, además de las 130 que ya existen, lo que representa más de US$400 mil millones en capital desplegado, para 2030”, asegura el informe. Los inconvenientes que esto trae son varios, como por ejemplo, los tiempos de construcción que llevan estos establecimientos, que pueden retrasar el inicio de la producción de los vehículos en 12 meses o más.

La solución a esta problemática podría ser la contratación de más personal especializado en el tema, idealmente durante la fase de planificación del sitio o antes.

La eficiencia operativa es un factor extremadamente importante. Muchas instalaciones nuevas han experimentado una producción inferior a la esperada debido a la continua escasez de mano de obra, el tiempo de inactividad inesperado de la máquina y problemas operativos. Las consecuencias de estas problemáticas pueden ir desde una menor obtención de vehículos hasta pérdidas millonarias de capitales para las compañías automotrices. Para minimizar los problemas de mano de obra, los fabricantes de estas gigafábricas deben considerar la fuente de talento en todas las etapas, incluida la selección del sitio, la construcción y la capacitación en procesos.

Acelerar el despliegue de la infraestructura de carga

Para que los vehículos eléctricos se generalicen, necesitarán una amplia red de soluciones de carga para proporcionar a los conductores un suministro de electricidad adecuado. Por ejemplo, Estados Unidos ahora tiene alrededor de 100.000 cargadores públicos, pero este número podría aumentar a alrededor de 1,2 millones para 2030 para satisfacer la demanda. La mayoría de los países aún no han comprometido fondos suficientes para apoyar la expansión necesaria de la infraestructura de carga.

Según McKinsey & Company, la construcción de la infraestructura de carga presenta a los gobiernos, las empresas de servicios públicos y las nuevas empresas de carga preguntas y respuestas interesantes, como por ejemplo:

  • ¿Dónde deben ubicarse las estaciones de carga? Esta pregunta requiere que los operadores de puntos de carga y las partes interesadas públicas equilibren los imperativos contrapuestos, incluida la accesibilidad, la conveniencia y la equidad. Un área de bajos ingresos debería ofrecer el mismo acceso a la carga que las áreas de altos ingresos, por ejemplo.
  • ¿Qué velocidad de carga es esencial? Los cargadores rápidos ofrecen la mayor comodidad, pero también son los más caros. Los cargadores lentos a menudo pueden satisfacer las necesidades del público y se pueden instalar en mayor número debido a su menor costo.
  • ¿Cuál es la mejor manera de equilibrar la rentabilidad y la comodidad? Las estaciones con alta utilización ofrecerán mejores rendimientos por unidad. Aumentar la cantidad de cargadores disminuiría la utilización y, por lo tanto, las expectativas de rentabilidad para los proveedores, pero mejoraría los tiempos de espera para los consumidores (por ejemplo, durante los períodos de máxima demanda). Los jugadores pueden desarrollar modelos basados ​​en escenarios para cuantificar y comprender estas compensaciones.

El próximo acto de la industria automotriz

Esta industria experimentará cambios en todos los sentidos, sobre todo en la electrificación. Las empresas serán capaces de crear vehículos alimentados por baterías que contengan software, conectividad y sistemas de vanguardia, computadoras de alto rendimiento, funciones avanzadas de sistemas de asistencia al conductor y trenes de potencia eléctricos. Eventualmente, los fabricantes de equipos originales pueden crear vehículos completamente autónomos capaces de brindar la experiencia de conducción más sofisticada, incluido, por ejemplo, viajar de la casa del propietario al trabajo, y el conductor usa este tiempo para hacer cosas como revisar el correo electrónico o ver una película.

Para cerrar, el informe asegura que «el ecosistema de la industria seguirá evolucionando incluso después de que la electrificación y la conducción autónoma se conviertan en la corriente principal». La única certeza es que los fabricantes de equipos originales y otras partes interesadas del sector de la automoción deben estar preparados para apoyar y fomentar una gran cantidad de transiciones en los próximos años y décadas. Y desde ya, el mercado asegurador deberá ser parte de esta evolución.