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Covid: su impacto demográfico y sobre el seguro, según MAPFRE Economics

El 11 de marzo de 2022 se cumplieron dos años desde que la Organización Mundial de la Salud declarara que el Covid-19 podía caracterizarse como una pandemia. Desde que el coronavirus denominado SARS-CoV-2 se propagó desde la ciudad china de Wuhan al resto del mundo, el número de casos globales diagnosticados a marzo de 2022 han superado los 456 millones, con 6 millones de personas declaradas fallecidas por la enfermedad. No obstante, a pesar de lo llamativo de estas cifras, se estima que el número de contagios y de muertes reales es mucho mayor al reportado, debido en muchas ocasiones a los límites en la capacidad de diagnóstico o porque muchos casos no han sido comunicados.

Algunos estudios estiman que, en un escenario medio, el número de fallecimientos real podría situarse en torno a tres veces el número de fallecimientos declarados, lo que representaría un exceso de mortalidad en torno a 120 personas por cada 100.000 habitantes y elevaría el número de fallecidos a nivel mundial a consecuencia de la pandemia por encima de 18 millones de personas durante estos dos primeros años.

Además de profundizar en el análisis de los excesos de mortalidad observados durante los años 2020 y 2021 en un total de 39 países, el estudio de MAPFRE Economics sobre los impactos del Covid-19 en la demografía y el sector asegurador, presenta un indicador cuyo objeto consiste en valorar el grado de eficacia de las medidas adoptadas por estos países en la gestión de la pandemia, lo que podría ayudar a revertir en un futuro las deficiencias detectadas.

Alcance del informe

El presente estudio se centra en el comportamiento de la mortalidad durante los dos primeros años de pandemia (2020 y 2021), y gira sobre un concepto central de los excesos de mortalidad observados frente a la situación pre pandémica, en lo que sería un entorno “normal” desde el punto de vista epidemiológico. El cálculo se realiza con tres niveles de agregación (anual, trimestral y mensual), transformando los datos de muertes por semanas epidemiológicas a meses, trimestres y años naturales con el fin de facilitar la comparativa.

El análisis se complementa para una serie de quince países seleccionados para las regiones de América, Europa y Asia-Pacífico, con el estudio de las muertes diarias por Covid-19, así como de las medidas de restricción a la COVID-19 movilidad observadas, de los efectos sobre su economía y del porcentaje de vacunación completo de la población alcanzado. Muchos países han superado los efectos económicos provocados por la pandemia o están en camino de recuperarse, en un mundo que, sin embargo, sigue con niveles de restricciones por encima del nivel anterior a la irrupción de la pandemia.

Efectos sobre la actividad aseguradora

La crisis provocada por la pandemia ha tenido consecuencias significativas que han afectado al volumen de negocio asegurador y a su rentabilidad. Este impacto puede identificarse a partir de sus efectos económicos, financieros, legales (relacionados, entre otros aspectos, con las cláusulas de exclusión en los contratos de coberturas en situaciones de pandemia), sobre los sistemas sanitarios y sobre los parámetros técnico-actuariales por el impacto en las variables biométricas que pueden afectar a la esperanza de vida de la población mundial. Con relación a estos últimos, salvo que aparezca alguna mutación del virus que cambie la senda actual de la mortalidad y morbilidad (algo que no parece que vaya a suceder pero que tampoco se puede descartar), la tendencia pareciera ser a la mejoría teniendo en cuenta, además, que el mundo ha avanzado mucho en este terreno y está mejor preparado para hacer frente a un evento de esta naturaleza.

Paralelamente, los esfuerzos realizados por las entidades aseguradoras para mantenerse operativas durante los confinamientos han motivado la aceleración de los procesos de digitalización, lo que evitó que la suscripción del negocio asegurador y la atención a sus clientes se vieran paralizadas, y que ha motivado el avance de muchos de los planes de inversión en medios y perfiles tecnológicos.

Por otro lado, a pesar del aumento de la incertidumbre, la mayor sensibilidad y aversión al riesgo por parte de los agentes económicos provocados por la pandemia se ha constituido en un estímulo adicional en la demanda de aseguramiento por parte de hogares y empresas. Las perspectivas para los mercados aseguradores en los próximos años vendrán marcadas, en buena medida, por los efectos económicos y financieros que persistan derivados de la pandemia, dependiendo también de los que se deriven de los eventos entre Rusia y Ucrania, como se explica en el último apartado del estudio.

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