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Contratos inteligentes: luces y sombras de una herramienta que llegó para quedarse

Los contratos inteligentes son cada vez más utilizados para garantizar la transparencia de servicios

COBERTURA 100% SEGURO.- En la actualidad, muchas instituciones financieras evalúan la viabilidad de los contratos inteligentes para garantizar la transparencia de servicios y ahorrar costos. Las aplicaciones prácticas de los “Smart contracts” varían dependiendo del uso que les dé cada sector, y el seguro no es la excepción.

Ante este panorama, el pasado 29 de julio, el abogado especializado en seguros Waldo Sobrino, brindó una charla virtual sobre este tipo de herramientas en la que explicó qué son y detalló sus ventajas, problemas y las soluciones que aportan. 

Se trata de un programa informático que auto-ejecuta acuerdos establecidos entre dos o más partes. Eso implica que ciertas acciones suceden como resultado del cumplimiento de una serie de condiciones específicas, las que se hayan acordado en dicho contrato. Así, cuando se verifica una condición pre-acordada, el contrato inteligente la detecta y ejecuta automáticamente la cláusula correspondiente.

Es importante destacar que la tecnología que subyace a los contratos inteligentes es la Blockchain (cadena de bloques, en castellano).

En el caso del mercado asegurador, para graficarlo con un ejemplo, en un seguro automotor los contratos inteligentes se podrían usar para agilizar el proceso de verificación de datos del cliente, ejecutar las cláusulas del seguro en caso de accidente, exigir indemnizaciones, etc. O en el caso de una caución de alquiler, permite automatizar y facilitar el pago de pólizas, el envío de notificaciones y la renovación de contratos, o incluso simplificar la ejecución de las pólizas por impago del contrato de alquiler.

Eso permitiría, entre otras ventajas, que no existan disputas con las aseguradoras, que las acciones sean más transparentes y la experiencia ofrecida sea mejor. 

“Estos contratos se realizan automáticamente, sin participación de seres humanos y en el sector asegurador ya se están aplicando”, dijo el letrado en su exposición.

En este sentido, el socio de Waldo Sobrino & Asociados observó que, “en el futuro van a haber muchísimos casos resueltos con inteligencia artificial, por lo que es clave que estos procesos sean transparentes y tengan trazabilidad para que funcionen bien”. 

No obstante, aclaró que más allá del nombre que reciben, estos “no son contratos, sino procesos informáticos”, y que “no son inteligentes porque no responden a un concepto binario “if/then” (si sucede esto/entonces, tal cosa)”. 

Sobrino detalló que existen dos tipos de contratos inteligentes: 

  • Puros: aquellos que solo contienen códigos informáticos y están metidos en un software.
  • Híbridos: tienen un soporte físico en papel.

Asimismo, identificó las siguientes categorías: 

  • Independientes: si pasa tal cosa, hago tal otra.
  • Subordinados: aquellos que necesitan la información de otro lugar para funcionar (como una base de datos).

En cuanto a las características principales de estos “Smart contracts”, Sobrino enumeró las siguientes: 

  1. Son autoejecutables, es decir, sin participación de personas. 
  2. Son rápidos y de bajo costo. 
  3. Se trata de contratos completos que prevén alternativas de situaciones que pueden suceder.
  4. Son inmodificables porque, una vez que se insertan en la Blockchain, ya no se pueden cambiar. 

En este sentido, el abogado especializado en derecho de seguros apuntó que los contratos de este tipo implican una asimetría fuerte con el consumidor, que no tiene conocimiento real de cómo funciona la tecnología y tampoco cuenta con un abogado y un juez interviniente, debido a la condición de auto-ejecución de estas herramientas.  Así, alertó que una característica que tienen estos contratos es la supralegalidad, lo que significa que “todas las normas son el contrato”. Está todo ahí y se ejecutan sin intervención de un juez. 

“La modalidad de Smart contracts hace que los más débiles estén obligados a aceptar lo que los más fuertes les imponen. No va a haber posibilidad de elegir el tipo de contrato que se utilizará”, aseguró Sobrino en la misma línea. 

A esto se suma el hecho de que el lenguaje informático no se puede traducir al lenguaje normal o humano de manera directa y resaltó al respecto que tener “un contrato que no esté sujeto a la supervisión de los jueces no sólo es ilegal sino que es una locura”. 

Más allá de todas estas advertencias, Sobrino enfatizó que “los verdaderos contratos inteligentes van a llegar y se nutrirán con mecanismos de machine learning, que permitirán avanzar en la evolución de estas herramientas”. Por eso recomendó “tomar algunas medidas, tales como que éstos sean aprobados por el Estado, a través de un organismo especializado para lograr una supervisión eficiente de la cuestión”.  

También debe haber una numeración y registro que los identifique y sugirió la implementación de lo que llamó “un botón de pánico”, para que se pueda suspender la ejecución en cualquier momento de proceso. 

Sin dudas, una herramienta con incipiente presente pero gran futuro, que puede amoldarse a la medida de cada necesidad y cada sector, entre ellos el asegurador.