Según un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría, en el país mueren diariamente 3 niños a causa de accidentes domésticos. Una cifra que alarma, ya que en los últimos días se dieron a conocer dos sucesos trágicos, que terminaron con la vida de dos pequeños.
El lunes 4 de febrero un nene de dos años murió cuando se le cayó encima un televisor en Miramar. Según trascendió, estaba en su casa y se había colgado del aparato como una travesura, para trepar a la mesada. Una semana atrás y en la localidad salteña de Cerrillos, un nene de cuatro años, estaba con su familia en una pileta cuando se separó y se ahogó.
Según un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), las lesiones por causas externas (o LCE) constituyen la primera causa de muerte en niños de 1 a 15 años: un promedio de 1.186 niños cada año, durante el trienio 2013-2015. Es decir que 3 chicos fallecen en nuestro país por estas causas, superando la tasa de mortalidad de Chile y Uruguay. Según Clarín, la incidencia de estos casos aumenta durante los meses de verano, cuando se realizan actividades al aire libre y fuera del domicilio.
Los choques de tránsito, seguido por la asfixia, el ahogamiento y otros incidentes, como caídas, quemaduras, intoxicaciones con medicamentos y contactos con electricidad, son los principales causantes de estas muertes. Es importante saber que muchos de estos accidentes ocurren en el ámbito del hogar.
Por todos estos motivos, la Sociedad Argentina de Pediatría emitió un comunicado en el que advierte sobre los riesgos que se dan todos los días, en el ámbito domésticos. Recomiendan no dejar solo al niño, no cocinar con el bebé ni dejarlo dormir boca abajo, tener especial precaución con estufas y braseros, asegurar bien estanterías y mesas, no abandonar líquidos calientes en mesas o mesadas, no dejar objetos pequeños a su alcance (mucho menos si son cortantes), colocar un disyuntor eléctrico en el hogar y realizar mantenimientos periódicos.
Los riesgos en cada uno de los espacios del hogar, según el informe de la SAP y lo publicado por Clarín:
La cocina. Comidas calientes, agua hirviendo, hornos, hornallas, elementos de vidrio o cortantes, productos de limpieza y artefactos eléctricos son algunos de los elementos más peligrosos para los chicos. Por eso hay que guardar alimentos y especias en recipientes herméticos, mantener cajones cerrados y a los niños afuera, cuando cocinamos.
El baño. Los nenes pueden ahogarse en pocos segundos, en escasos centímetros de agua y sin hacer mucho ruido. Por eso, es importante vaciar la bañera cuando no se use, junto a otras medidas de seguridad, como mantener seco el piso y usar alfombras antiadherentes para evitar caídas.
El living comedor. Los resbalones son comunes en superficies enceradas o plastificadas. Los alargadores o enchufes sin tapa llaman la atención de los menores. Además, pueden ingerir adornos pequeños o quemarse con lámparas de mesa. Los controles remotos no deben ser accesibles para ellos, ya que pueden sacar las pilas e ingerirlas. Mucha atención a ventiladores o estufas expuestas.
El dormitorio. Nunca hay que dejar solos en la cama o el cambiador a bebés y niños. Asegurar remedios y tijeras bajo llave. Si se usan camas cuchetas, hay que explicar los riesgos. No se deben dejar a mano adornos (como floreros), ni comprar muebles inestables.
Los balcones. Al igual que las terrazas, las caídas en altura pueden producir traumatismos graves e incluso la muerte. En edificios, es importante mantener redes o protección metálica de, por lo menos, 1,70 m de altura. A la vez, hay que garantizar el buen estado de las barandas y de la instalación de luz.