La tasa de aseguramiento de inmuebles ronda entre el 10 y el 15% según cálculos de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), un nivel muy bajo si se tiene en cuenta el riesgo de sismicidad y la alta propensión a los desastres naturales debido a las condiciones topográficas de Colombia. Una de las consecuencias es la falta de canales adecuados de distribución, descuido de las familias, percepción de altos costos y baja cultura del seguro, tal como revela una nota en el portal web El Tiempo.
En aseguramiento empresarial (inmuebles) existen adecuados niveles, pero en vivienda son bastante bajos y desafortunados”, asegura Gonzalo Alberto Pérez, Presidente de Suramericana de Seguros.
En Bogotá 10.000 de las copropiedades tienen sus pólizas al día, frente a un mercado que supera con facilidad las 200.000, estima el gremio asegurador.
Las pólizas de incendio y terremoto, por lo general, están asociadas a los créditos de vivienda, el problema es que una vez se cancela el préstamo no se vuelven a renovar, con lo cual las viviendas quedan desprotegidas”, afirma María Camila Silva, gerente de reaseguros de QBE Seguros.
Los montos son entre 2.500 a 3.000 pesos por cada millón asegurable de la vivienda, pensando en una tasa alta, lo que sería igual a unos 25.000 o 30.000 pesos mensuales para una vivienda de unos 100 millones de pesos, asegura el Presidente de Suramericana de Seguros.
Por otro lado, Carlos Triana, líder de colocación de Delima Marsh, dice que el tema de costos para ciertos sectores puede considerarse alto comparado con los ingresos per cápita, caso en el que las familias tienden a priorizar otros gastos por encima del de los seguros.
Lo cierto es que en materia de seguros para vivienda cada caso es particular y no existe una regla general, pues no es lo mismo una vivienda de 100 millones de pesos en Bucaramanga, Armenia o Bogotá que una de igual precio en Cartagena o Barranquilla, por ejemplo.
El valor de una prima de terremoto está determinada por las características de la vivienda, material de construcción, ubicación, antigüedad, número de pisos, entre otros aspectos. Cada riesgo es diferente y el valor de la prima refleja la evaluación de ese riesgo”, explica Silva, de QBE Seguros.
A su vez, no es necesario esperar a tener vivienda propia para proteger el patrimonio familiar frente a cualquier eventualidad. Por ende, las personas pueden adquirir protección para los bienes que se encuentran dentro del inmueble que habitan.
Existe siempre la objeción del precio, pero es más una idea equivocada ya que el mercado ofrece múltiples alternativas a costos realmente bajos”, señala Silva.
Por último, los aseguradores creen que uno de los canales que les permitirá llegar a más familias con productos acordes a sus necesidades para asegurar sus viviendas, son los corresponsales bancarios, a los que el Gobierno les dio el aval para vender microseguros a través del Decreto 034 del 2015.