Mercado Seguros

COFACE mejora la calificación de riesgo país para Argentina

En el marco de su Conferencia de Riesgo País celebrada hoy en París, Coface anunció las actualizaciones de sus evaluaciones de riesgo país, entre ellas la mejora de la calificación de Argentina que pasó de categoría C a B. El país espera un crecimiento acelerado, gracias a las recientes reformas para mejorar el clima de negocios. Las medidas implementadas incluyen la desregulación de los controles de cambio, la eliminación de las restricciones de acceso a divisas, simplificación de los trámites para las importaciones y exportaciones y la reactivación del diálogo con el CIADI (como parte de la política del país para normalizar su situación financiera externa). Es indudable que ha habido un grave impacto negativo a corto plazo (el PIB nuevamente se redujo un 3,8% en el tercer trimestre en términos interanuales), pero la economía debería recuperarse en 2017 (+ 2%, frente al -2%). Esto se debe particularmente a la reducción de la inflación, que debería permitir un aumento del consumo en Argentina. La relajación de la política monetaria argentina es probable que continúe.

Las incógnitas que enfrenta la Argentina deberían ser mayormente positivas. El país ha recuperado el acceso a los mercados de capitales y el retorno de los inversionistas extranjeros es un buen augurio. La evaluación del clima para hacer negocios en el país también ha sido mejorada a B gracias a las reformas pro-negocios implementadas por el presidente Macri.

2017: Un año de riesgos políticos y bancarios para los países emergentes

Tras dos años consecutivos de crecimiento mundial más lento, las perspectivas deberían mejorar ligeramente en 2017 (de 2,5% a 2,7%). Esto se verá impulsado por un repunte de los negocios en los países emergentes (crecimiento del 4,1%), debido a las recuperaciones en Brasil y Rusia que

compensan la desaceleración en China. Los países avanzados tendrán un crecimiento estable del 1,6%.

El escaso desarrollo del comercio mundial (previsto en un 2,4% para 2017, en comparación con un promedio de 2,2% entre 2008 y 2015 y un promedio del 7,0% entre 2002 y 2007) podría verse agravado por el resurgimiento de medidas proteccionistas, como consecuencia de la elección de Donald Trump. A corto plazo, estas medidas tendrán un efecto menor en la economía de Estados Unidos al final del ciclo (+ 1,8%) que en aquellos países que exportan fuertemente a Estados Unidos: Centroamérica (Honduras, El Salvador, México y Ecuador) y algunos países asiáticos (como Vietnam y Tailandia).

Debido a la fuerte dependencia en exportaciones de México a Estados Unidos (las cuales representan el 7% del PIB mexicano), en un contexto de alta inflación y caída de las inversiones, Coface degrada su evaluación riesgo país a B.

Los riesgos políticos mundiales en su máximo histórico en 2017

Entre las economías avanzadas, es Europa la que enfrenta las mayores incertidumbres políticas, derivadas de la espera del resultado de un número de contiendas electorales decisivas, así como de los detalles sobre los términos exactos del Brexit. Durante el año pasado, el indicador para Europa de riesgo político de Coface ha incrementado en un promedio de 13 puntos para Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido. Si hubiese otro gran revés político, en una escala similar a la del referéndum británico, el crecimiento europeo podría desacelerarse en un promedio de 0,5 puntos.

Los riesgos políticos en los países emergentes son más altos que nunca, impulsados por el descontento social y agudizados por los riesgos en seguridad. La Comunidad de Estados Independientes CIS (con una nota de 63% sobre 100% en 2016 a causa de Rusia) y el Norte de África y las regiones de Medio Oriente (con Turquía y Arabia Saudita en 62%) muestran los mayores riesgos entre las grandes economías emergentes. El aumento de las frustraciones políticas y sociales en Sudáfrica es en parte responsable de la degradación de su evaluación a C, en un contexto de crecimiento muy pobre.

Los riesgos de seguridad, que incluyen ataques terroristas, conflictos y homicidios, son un factor nuevo en el emergente indicador de riesgo político. Como no es de extrañarse, este es más alto en Rusia y Turquía.

Los riesgos crediticios: altos niveles de deuda corporativa son una amenaza para el sector bancario en los países emergentes

Este incremento en los riesgos crediticios puede tomar diferentes formas, dependiendo del país.

El nivel de insolvencias de las empresas debería continuar disminuyendo en las economías avanzadas. El aspecto negativo es, sin embargo, que la cantidad de creaciones de empresas es a menudo inferior a los niveles previos a la crisis (una variación de -19,8% en Alemania, -5,1% en Estados Unidos y -4,1% en Italia entre 2015 y los niveles máximos antes de la crisis). Los préstamos otorgados a compañías altamente endeudadas están limitando los recursos disponibles para las empresas más jóvenes de rápido crecimiento.

El excesivo endeudamiento corporativo es otro problema para los países emergentes. Las compañías en China cuentan con altos niveles de deuda (equivalente a más de 160% del PIB) y esta deuda aumentó 12 puntos del PIB entre el segundo semestre de 2015 y el segundo semestre del 2016. La tasa de deuda incobrable en el sector bancario está aumentando considerablemente en Rusia, India, Brasil y China, mientras que las condiciones de crédito se vuelven más estrictas.

Mejoras en Europa y África Subsahariana

Esta es la primera vez desde mediados de 2015 que Coface ha hecho más mejoras que rebajas en sus evaluaciones de riesgo de país.

España, ha mejorado su evaluación a A3, mientras que Islandia y Chipre (donde los riesgos relativos a los controles de capitales están disminuyendo), ahora están evaluados como A2 y B respectivamente. Los países de Europa Central continúan mejorando en el ranking, entre los 160 países evaluados por Coface. Estonia (A2), Serbia (B) y Bosnia-Herzegovina (C), han visto mejoras en su clima de negocios y el crecimiento en estos países está alcanzando niveles cómodos. Bulgaria (A4) ha confirmado su recuperación, gracias al crecimiento moderado y la continua consolidación de su sector bancario.

En África Subsahariana, los países más pequeños están desempeñándose mejor que las grandes economías. Dos de ellos con los mejores resultados de la región son Ghana (B), que pasó su prueba de madurez democrática en diciembre, y ahora tiene un buen nivel de gestión de las finanzas públicas, y Kenia (A4), que ha visto un impulso en el turismo e incrementado sus inversiones públicas.