Europa Internacionales

Coface analiza los impactos de la economía francesa

En el último informe de Coface sobre la economía francesa revela que aún se beneficia de una tendencia positiva, a pesar de un segundo trimestre afectado por las perturbaciones externas. Las inundaciones en la región de Ile-de-France provocaron una desaceleración inmediata en la actividad de la región. Sin embargo, esta catástrofe ha tenido un efecto de rápida recuperación sobre el empleo, especialmente en el sector de la construcción, donde las carteras de pedidos se han completado rápidamente, gracias a las necesidades de reconstrucción.

Las huelgas en las refinerías también han tenido un doble efecto: un impacto en el corto plazo, pero un beneficio a medio plazo, ya que las refinerías han repuesto su stock a gran escala para evitar una nueva situación de escasez. Por último, las incertidumbres políticas en Europa son un factor que alimenta la volatilidad de los mercados. De hecho, con el estancamiento político en España, el próximo referéndum en Italia que amenaza el gobierno de Renzi y el Brexit, tres de los principales socios comerciales de Francia son actualmente una fuente de riesgo político y están desestabilizando los mercados. Esto refuerza la idea de que, en los próximos trimestres, el crecimiento de Francia dependerá principalmente de su dinamismo interno.

Esta tendencia positiva se sustenta por una caída del desempleo (por debajo del 10%, según el INSEE y confirmado a nivel internacional por la Oficina Internacional del Trabajo). El consumo privado ha aumentado considerablemente, a pesar de una caída en la ocupación hotelera y una ralentización más general en los servicios comerciales.

Las insolvencias siguen cayendo, a pesar de una pausa en el segundo trimestre

La dinámica de las insolvencias corporativas sigue una tendencia a la baja este año, a pesar de una pausa en el segundo trimestre, como reflejo de la economía francesa. La industria hotelera y el sector del transporte también han sufrido la “uberización” de la economía, especialmente en la región de Ile-de-France. Esta región, que concentra el 21,4% de las insolvencias del territorio, será una de las más afectadas en 2016, con un incremento del 5,4% a finales de julio. El incremento de la concesión de créditos a las empresas favorece la disminución de la tasa promedio anual de insolvencias corporativas, lo que confirma la previsión de una caída de 3,4% para 2016.

Deuda corporativa: Francia, el único país importante de Europa que observa un incremento

Francia es el único país importante de Europa donde aumentan los niveles de deuda corporativa (14,8 puntos porcentuales entre 2008 y 2016), aunque aún se encuentran muy por debajo del umbral crítico de 90% (68,7% del PIB).

Esta particular tendencia se explica en dos etapas:

  •  De 2007 a 2013, las empresas se endeudaron masivamente para mitigar los efectos de la crisis: una pobre demanda y un margen insuficiente para el correcto funcionamiento de su tesorería.
  • Desde 2013 hasta hoy, han restablecido su flujo de caja pero se benefician de tipos de interés muy favorables, mercados más importantes (mayor consumo, inversión) y un apetito más grande en los mercados en los que pueden pedir préstamos incluso a tipos negativos (Sanofi), lo que los anima a invertir para conservar su liquidez.

El sector agroalimentario se revisa como » riesgo alto » y la industria automotriz como «riesgo bajo»

El riesgo sectorial en Francia se estabiliza y se mantiene en línea con el primer trimestre.

  •  El sector textil e indumentaria, revisado a la baja como «riesgo alto» en mayo pasado, se enfrenta a un aumento de las insolvencias y a una reducción progresiva de sus márgenes.
  • La industria alimentaria registró un incremento en las insolvencias del 3,2%. Los agricultores se han visto perjudicados por las malas cosechas, especialmente los productores de cereales, cuyos precios no verán ningún aumento, ya que el resto del mundo se ha beneficiado de un clima templado. El sector se ha revisado a la baja como “riesgo alto”.
  • La industria automotriz está experimentando una nueva mejoría, gracias a un aumento de las ventas que, aunque no han alcanzado los niveles anteriores a la crisis, predicen una reactivación. En consecuencia, el sector se ha revisado al alza como “riesgo bajo”.