La estresada sociedad del asalariado argentino, fuertemente impactado por una inflación que ya superó largamente los tres dígitos, parece ir en contramano de los fríos números de la economía nacional que, contra todo pronóstico, sigue dando pelea.
Con un avance del 1,5% del PBI vs. mismo trimestre 2022, los números parecen escindirse de la tensionada y desordenada macro local. De las 15 actividades económicas nomencladas, industria, comercio y explotación de minas fueron las que empujaron con más fuerza. El campo, por su parte, es el único sector que mostró un fuerte retroceso a causa de la sequía, y quitaría alrededor de USD 20.000 millones de dólares al necesitado fisco.
Inicia la recta final del 2T 2023 (abril-junio), donde la escasez de reservas y una situación fiscal desmejorada indican un trimestre más modesto: las inconsistencias macro empezarían a pegar de lleno en la actividad económica, que también empieza a orejear los nuevos destinos económicos de un país que tendrá nuevo presidente en unos meses. El nicho de caución es beneficiado en este contexto, dado que las actividades que más avanzaron están íntimamente vinculadas a los productos comercializados en esta rama (Energía, Minería e Infraestructura).
El mercado de caución, prácticamente a un mes de cerrar su ejercicio 2022-2023, estima que, en valores nominales, el segmento estaría al menos duplicando su tamaño vs. mismo ejercicio 2021-2022.