La incorporación de la Inteligencia Artificial como ayuda para identificar y pronosticar catástrofes naturales es uno de los tantos avances de esta fenomenal herramienta. Así lo demuestra un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, EE.UU., que logró desarrollar un sistema de IA que mostró una alta precisión en la predicción de terremotos en un período de prueba de 30 semanas en China.
Este sistema fue capaz de predecir la ubicación y la magnitud de terremotos con un 70% de precisión, lo que es un avance significativo en un campo donde históricamente la predicción ha sido extremadamente difícil. Los investigadores entrenaron a la IA utilizando cinco años de datos sísmicos, y tienen previsto probarlo en otras partes del mundo con gran actividad sísmica.
Pero los avances en este sentido no terminan allí. Otra investigación, liderada en este caso por el científico Thibaut Perol, logró desarrollar junto con su equipo de trabajo un sistema llamado «ConvNetQuake», que utiliza redes neuronales profundas para mejorar la detección de terremotos, especialmente aquellos de menor magnitud que a menudo pasan desapercibidos por los métodos tradicionales. Este sistema fue probado en Oklahoma, Estados Unidos, donde detectó 17 veces más terremotos que los registros convencionales, lo que demostró su eficacia en la identificación de sismos más pequeños y potencialmente peligrosos.
Si bien es imposible evitar un terremoto, la detección temprana es una gran aliada para prevenir todo tipo de riesgos, ya sea a nivel humano o de capital, que asciende a miles de millones de dólares anuales.
Ahora, ¿cómo estos avances de la IA pueden impactar significativamente al sector de reaseguros mundial de forma positiva?
Sin dudas, todos estos avances pueden decantar en una mejor evaluación y mitigación de riesgos. La capacidad de la IA para mejorar la detección y predicción de eventos catastróficos permitiría a las reaseguradoras evaluar con mayor precisión los riesgos asociados a terremotos en diferentes regiones. Esto podría llevar a una mejor modelización del riesgo y, en consecuencia, a primas de reaseguro más precisas y adaptadas al riesgo real.
También significaría una disminución de en los costos asociados, ya que la implementación de estos sistemas podría reducir las pérdidas económicas y humanas al proporcionar advertencias con suficiente antelación. Vale recordar que las pérdidas aseguradas globales por catástrofes naturales en 2023 superaron los 100 mil millones de dólares por cuarto año consecutivo, siendo el terremoto en Turquía y Siria la catástrofe más costosa, con pérdidas aseguradas estimadas de 6,2 mil millones de dólares (ver nota).
Otra ventaja pasa por la innovación en la oferta asegurativa, ya que los operadores del sector podrían desarrollar nuevas coberturas de seguros que estén mejor alineados con las características de riesgo específicas de cada región. Esto incluiría coberturas personalizadas o productos específicos que se activen automáticamente ante ciertos umbrales de actividad sísmica, tales como los seguros paramétricos.
Además, podría generar externalidades positivas, con mercados financieros que aumenten su confianza en el sector de seguros y reaseguros. A medida que la IA vaticine con cada vez más efectividad estos sucesos, podría atraer una mayor inversión en este ámbito gracias a la precisión en los pronósticos.
Todo esto demuestra que la adopción de la Inteligencia Artificial puede ser una excelente aliada no sólo para salvar vidas humanas, sino también para hacer crecer al mundo (re)asegurador de manera significativa. Y por ahora solo conocemos la «punta del iceberg» de esta gran tecnología.
