Los autos autónomos se modernizan cada vez más pero todavía no están finalizados para que puedan transportar a la gente por la ciudad.
Lo cierto es que hay autos que empiezan a conducirse solos en ciertas situaciones pero requieren de la supervisión humana, tal como revela una nota de La Nación.
Es más, en muchas ocasiones los autos le dirán a sus conductores que tomen el volante cuando enfrenten momentos de emergencia.
El peligro es que al inducir a conductores humanos a prestar aún menos atención a la conducción, la tecnología de seguridad puede estar creando nuevos riesgos.
[box type=»note»]Por otro lado, las empresas están atravesando implicancias financieras significativas. El año pasado Uber anunció planes de abrir un centro de investigaciones para vehículos autónomos con la Universidad Carnegie Mellon. General Motors recientemente invirtió US$ 500 millones en el mayor competidor de Uber, Lyft, con la meta de crear una red a demanda de vehículos autónomos. Y sigue habiendo rumores de que Google y Ford se asociarán para fabricar autos autónomos.[/box]Además, otro impedimento es que las leyes y reglamentaciones requieren que los autos estén controlados por seres humanos. En Europa la Convención de Viena de 1968 requirió que «todo vehículo o combinación de vehículo tenga un conductor» y «todo conductor debe en todo momento estar en condiciones de controlar su vehículo». Aunque se ha propuesto una enmienda, no hay nueva legislación vigente aún.
Otro caso es el de Google en Estados Unidos, donde inició una intensa campaña de lobby en estados individuales en 2011. Pero la compañía reconoció un retroceso el año pasado cuando el departamento de Vehículos motorizados de California dio normas que requieren que en el vehículo haya un conductor humano capaz de controlar el auto.