Internacionales

Aumento del riesgo político en los países desarrollados

Los períodos de crisis económica conllevan naturalmente un incremento de la incertidumbre política, y este aspecto es crucial a la hora de evaluar el riesgo país. Desde 2011, Europa está mostrando signos evidentes de incremento del riesgo político. El desempleo, las desigualdades y las repercusiones de una profunda crisis financiera se encuentran entre los factores que han sembrado el descontento de la población, desestabilizando a los gobiernos y propiciando el crecimiento de los nacionalismos y de partidos políticos más conservadores. El nivel de riesgo político se ha elevado un grado tras el referéndum realizado en el Reino Unido en junio de 2016, en el que se decidió su salida de la Unión Europea. De diciembre de 2016 hasta octubre de 2017 el calendario político europeo estará repleto de eventos políticos decisivos como el referéndum en Italia, el riesgo de unas terceras elecciones legislativas en España en un solo año, las elecciones presidenciales en Francia y las legislativas en Alemania.

Un nuevo indicador de riesgo político para las economías europeas

En este contexto, es esencial poder determinar el impacto del aumento del riesgo político sobre el crecimiento, la inversión de las empresas y la confianza del consumidor. Consecuentemente, los economistas de Coface han adaptado su modelo para calcular el riesgo político (que fue creado para los mercados emergentes tras los incidentes de la “Primavera Árabe”). El indicador de riesgo político para los países de Europa Occidental, sin embargo, utiliza diferentes criterios. Algunos de estos criterios son de carácter económico (como el aumento de las tasas de desempleo, las desigualdades salariales y los saldos presupuestarios), mientras que otros son de carácter político y social (como el euroescepticismo, el sentimiento anti-inmigración, la fragmentación del panorama político y la corrupción). El indicador de riesgo político de Europa se ha incrementado en 13 puntos en poco menos de 10 años, alcanzando un pico durante la crisis de la deuda soberana en 2013. Como era de esperar, Grecia actualmente tiene la puntuación más alta, 64%, seguida de cerca por Italia con 60% (35% y 42% en 2007, respectivamente). Grecia e Italia han registrado los mayores aumentos en su calificación como consecuencia de la crisis de la inmigración, la austeridad presupuestaria impuesta por Europa y el euroescepticismo. Francia no se queda atrás, con una puntuación del 48% (un aumento de 13 puntos desde 2007), mientras que Alemania se sitúa en un 35%. Aunque Francia y Alemania han observado incrementos menos pronunciados, sus resultados reflejan las preocupaciones económicas y sociales subyacentes en ambos países.

Un shock como el Brexit y la victoria de Donald Trump serían perjudiciales para el crecimiento europeo

El crecimiento económico y los riesgos políticos están interconectados. Los riesgos políticos se propagan principalmente a través de dos canales: la volatilidad del mercado (que afecta a las condiciones de financiación dentro de la economía en su conjunto) y el deterioro de la confianza de los hogares y las empresas (que conducen a postergar las decisiones de consumo o inversión). No obstante, existen algunas excepciones, tales como España, que por el momento no parece afectada por la inestabilidad de su gobierno, que persiste desde 2015.

Para analizar las consecuencias, Coface utiliza el índice de incertidumbre política (Economic Policy Uncertainty, por sus siglas en inglés EPU).

  •  En el caso de que un impacto político significativo dispare un aumento del índice EPU similar a la situación del Reino Unido durante el referéndum de junio, Coface estima que el impacto sobre el crecimiento de las economías más importantes de Europa Occidental podría ser el siguiente:
      • Reino Unido: -0,5 puntos (0,9% en 2017)
      • Alemania: -0,4 a -0,5 puntos (1,7% en 2017)
      • Francia: -0,7 puntos (1,3% en 2017.)
      • Italia: -0,2 puntos (1% en 2017 )
      • España: -1,2 puntos (2,3% en 2017)

 

  • Paradójicamente, si Donald Trump gana las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el impacto económico podría afectar más a la Unión Europea que a los Estados Unidos. De hecho, Europa podría perder alrededor de 2 puntos de crecimiento en un año, mientras que Estados Unidos perdería 1,5 puntos. La intensidad de esta onda expansiva refleja el rol sistémico de la economía norteamericana.