Coface realizó una encuesta sobre el comportamiento de pagos corporativos para Asia, comprendiendo más de 3.000 empresas en nueve economías (Australia, China, Hong Kong, India, Japón, Malasia, Singapur, Tailandia y Taiwán). El 63% de las empresas encuestadas ha experimentado retrasos en los pagos en 2018. La duración de estos retrasos ha superado los 88 días de media en 2018, frente a los 84 de 2017. Los retrasos más prolongados se han registrado en China, Malasia y Singapur, así como en los sectores de la energía, la construcción y las TIC.
Más impagos y plazos más largos
Guerras comerciales, desaceleración del crecimiento en Estados Unidos y Europa, Brexit y volatilidad del flujo de capitales a nivel global: en 2018, las empresas asiáticas han tenido que salvar numerosos obstáculos políticos, económicos y financieros. Para comprender mejor el impacto de estos acontecimientos en las empresas, Coface lleva a cabo encuestas anuales sobre el comportamiento de pago en todo el mundo. El informe de 2019 sobre los pagos corporativos en Asia recoge nueve economías de la región Asia-Pacífico y se han recopilado datos de más de 3.000 empresas en el transcurso del último trimestre de 2018.
Las cifras demuestran que, en 2018, las empresas asiáticas se han visto presionadas para extender los plazos de pago. Los plazos medios han pasado de 64 días en 2017 a 69 días en 2018. Esta cifra se encuentra en línea con las tendencias observadas en Asia desde 2015.
Correspondiendo con el aumento de los retrasos en los pagos, el 63% de las empresas declaró haber experimentado retrasos en los pagos en 2018. La media de retrasos también ha aumentado, pasando de 84 días en 2017 a 88 días en 2018. Los retrasos más extensos se han experimentado en China, Malasia y Singapur, y los más cortos, en Hong Kong y Japón.
Los datos recopilados también destacan los cambios entre los diferentes sectores. Los retrasos medios más elevados se registraron en energía, construcción y las TIC. El incremento de los períodos de retraso se puede atribuir en gran medida a las dificultades financieras de los clientes. Estas dificultades son el resultado de una competencia feroz que afecta a los márgenes, así como de una falta de recursos financieros por el endurecimiento de las políticas monetarias en 2018.
Riesgos de liquidez en la construcción, la energía y el transporte
En lo que respecta a los flujos de tesorería, la encuesta de Coface toma en consideración el ratio de los retrasos de los pagos ultra prolongados (que superan los 180 días). De acuerdo con los resultados de Coface, 80% de los impagos ultra prolongados nunca se pagan. Cuando estos impagados constituyen más del 2% de la cifra de negocios anual de una empresa, su flujo de tesorería puede verse comprometido. La proporción de empresas cuyos impagados ultra prolongados superan el 2% de su cifra de negocios anual ha aumentado del 26% en 2016 al 33% en 2017, y finalmente 38% en 2018. Además, los resultados de la encuesta revelan un fuerte aumento del número de empresas que declara impagos ultra prolongados que superan el 10% de su cifra de negocios anual. El número de empresas que declaran que estos impagos superan el 2% de su cifra de negocios anual es mayor en China, Australia y Malasia, y en los sectores de la construcción, la energía y el transporte.
Las débiles expectativas económicas de 2019 anuncian futuros problemas de pago
De acuerdo con la encuesta, el año pasado, las expectativas económicas se deterioraron significativamente en determinados casos. Más del 50% de las empresas de Hong Kong, China, Japón, Singapur y Taiwán ha indicado que no esperan una evolución del crecimiento en 2019. Estas economías están directa o indirectamente afectadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. A pesar de la debilitación de la confianza, el 53% de las empresas declara no utilizar herramientas de gestión del crédito para atenuar los riesgos. Sorprendentemente, los mercados en los cuales la mayoría de los gestores de riesgo predicen que la economía no mejorará, se caracterizan por un elevado porcentaje de empresas que admiten no utilizar ninguna.
2019 ha sido un año muy difícil para las empresas de la región Asia-Pacífico, dado que una desaceleración del crecimiento, combinada con un aumento de los riesgos de tesorería, podría entrañar un incremento de los impagos”, declara Carlos Casanova, economista de Coface para la Región Asia-Pacífico.