Por Mariano Nimo, Gerente General de Afianzadora Latinoamericana.-
En oposición con la industria aseguradora en general, que viene de tres ejercicios de pérdidas generales, el nicho afianzador argentino continúa aportando ganancias, aunque cada ejercicio en menor cuantía. Con solo el 1,2% de participación en el negocio, monopolizado por rodados y ART, los seguros de caución, aún en escenarios superavitarios, siguen resignando rentabilidad a manos de los gastos de producción y explotación en franco ascenso, y de un ajuste por inflación que castigó fuerte los últimos balances.
El inminente control inflacionario, principal flagelo del sector asegurador, permite ser optimista en el camino de la necesaria recuperación de la solvencia y liquidez del mercado, afectada por los déficits de los últimos ejercicios. La variable técnica será nuevamente la llave del negocio, priorizando encajes de prima lo suficientemente robustos para soportar la siniestralidad de siempre, utilizando la tecnología para optimizar los costos de operación.
El volumen de ventas y los rendimientos financieros, ambos todavía corriendo por detrás de la controlada inflación, marcan una nueva etapa del mercado asegurador, volviendo a las bases técnicas como condición necesaria de supervivencia, anhelando aquellos no genuinos exacerbados resultados financieros de un pasado no tan lejano.
Observamos un nicho afianzador en drástico cambio, con sistemas que empiezan a ser desafiados por el mismísimo universo de asegurados, que pretenden nuevos “wording”, que el actual mercado condicional argentino de reaseguro aún no tiene autorizado, y que ha llevado a mercados vecinos a graves crisis estructurales.
El mal reputado e inexistente crédito local aparece en la economía doméstica, despistando a aquellos confundidos ciudadanos que “ahorraban consumiendo”, priorizando el corto plazo sobre el ahorro (inversión) y el desarrollo genuino.
Parece que vuelve la “nominalización” del mercado asegurador en el mediano plazo, desapareciendo el efecto “licuación” de las exposiciones en pesos en el mercado afianzador, generando nuevas exigencias a la hora de negociar las principales variables de costos vinculadas a la protección (reaseguro) y a la intermediación (comisión).
Se termina un diciembre calmo, con un peso empoderado, pronosticando un mercado de fianzas que avanza algo más que un 118% interanual en el segundo trimestre 2024-2025 (octubre-diciembre), haciéndole sombra a una inflación que no superaría el 120%.
Un país nuevo se asoma y el mercado asegurador deberá corregir la dirección de sus velas para navegar esta nueva realidad, que estará cada día más lejos del Estado y que tendrá a los privados como protagonistas. Ver para creer.