Las organizaciones están atravesando un momento de constante cambio, y de forma vertiginosa en comparación con hace diez años. Y es en estos momentos cuando hay que detenerse a redefinir el rumbo. El propósito se renueva, la estrategia se redefine y la cultura se transforma. Es un viaje en el que toda la organización participa activamente.
Se está frente a un mundo laboral cada vez más competitivo, y, dependiendo del sector, los empleados tienen más opciones que nunca a la hora de elegir donde trabajar. Las empresas que buscan destacarse y atraer a los mejores talentos deben ir más allá de la simple oferta de un buen salario y beneficios. Cada vez más, los trabajadores buscan un propósito en su trabajo, quieren sentir que su labor tiene un impacto positivo en el mundo y que están contribuyendo a algo más grande que ellos mismos.
“Entendemos que fortalecer la conexión de la cultura organizacional es llevarla a su siguiente nivel, alineándose con su propósito superior y valores fundamentales. Se busca que la cultura refleje con precisión los valores, creencias y comportamientos deseados, promoviendo una organización más eficiente, colaborativa y adaptable”, afirma Margarita Cortés, Directora de Contenido de Integralis Consulting Group.
Un estudio de Boston Consulting Group analizó a 200 empresas a nivel mundial y encontró que aquellas con una cultura orientada al propósito tienen un 50% más de probabilidades de innovar con éxito y un 60% más de probabilidades de atraer y retener a los mejores talentos. En el mismo orden, Randstad, reveló que el 67% de los empleados en Latinoamérica no están comprometidos con su trabajo.
En lugar de enfocarse únicamente en la maximización de ganancias o la eficiencia operativa, las empresas con cultura de propósito son aquellas que tienen una razón de ser que trasciende el lucro financiero. Son organizaciones que definen un conjunto de valores, creencias y comportamientos que sitúan el propósito organizacional en el centro de todas las decisiones y acciones, generando un impacto positivo en la sociedad, el medio ambiente o la comunidad.
Es aquí donde las empresas con cultura de propósito emergen como protagonistas, atrayendo y reteniendo talento de manera efectiva, ya que tiene la capacidad de atraer colaboradores que se sientan conectados con el propósito de la empresa y no hay tanta rotación siendo más creativos e innovadores. Además, las empresas con propósito tienen una mejor reputación en el mercado laboral, lo que las hace más atractivas para los mejores candidatos, aumentando las probabilidades de permanecer más tiempo en la organización. Experimentan menos agotamiento, se esfuerzan más e impulsan tasas de innovación más rápidas.
¿Cómo construir una cultura de propósito en una empresa?
Si bien no existe una fórmula única, hay pasos clave que las empresas pueden seguir:
1. Definir un propósito claro y alineado con los valores de la empresa: El propósito debe ser inspirador, auténtico y alcanzable, reflejando la esencia de la organización y resonando con sus stakeholders.
2. Comunicar el propósito de manera efectiva a todos los empleados: Es fundamental que el propósito sea conocido y comprendido por todos los colaboradores, a través de canales de comunicación claros y consistentes.
3. Crear oportunidades para que los empleados participen en la consecución del propósito: Involucrar a los colaboradores en iniciativas relacionadas con el propósito fomenta su sentido de pertenencia y compromiso.
4. Reconocer y recompensar a los empleados que contribuyen al propósito: Es importante destacar y premiar a aquellos colaboradores que demuestren un compromiso activo con el propósito de la empresa.
5. Medir el impacto del propósito en la empresa: Establecer métricas para evaluar el impacto del propósito en la organización permite identificar áreas de mejora y celebrar los logros.
“En Integralis Consulting nos enfocamos en el proceso de transformación cultural que debe seguir una empresa para adoptar una cultura de propósito, dividiéndola en etapas como el diagnóstico analizando la cultura actual, el diseño donde se definen la intervenciones y la implementación que es la ejecución y evaluación del impacto”, comentan desde la consultora.
La cultura del propósito no es una moda pasajera, es una necesidad. Las empresas que hoy no se adapten a esta nueva realidad estarán en desventaja competitiva en la lucha por atraer y retener talento. El futuro del trabajo reside en el propósito, y aquellas organizaciones que logren crear una cultura de propósito sólido serán las que prosperarán en la era digital.