Este sábado se cumplen 40 años del conflicto armado entre Argentina y Reino Unido, donde murieron de manera injusta 649 soldados de nuestro país. Una fecha para rendir homenaje a los veteranos, a los caídos y a sus familiares. Todo comenzó cuando, el 2 de abril de 1982, se inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, que fueron tomadas por Inglaterra en el año 1833. El conflicto armado concluyó el 14 de junio de 1982 con la rendición de la Argentina.
La sociedad atravesó la guerra de distintas maneras y existen muchas historias relacionadas con Malvinas que se vivieron fuera del campo de batalla. Hoy queremos compartirles el testimonio de Oscar Sánchez, un PAS que comenzó su carrera a los 19 años en la compañía de seguros Capital S.A, y que a sus 24 ya se encontraba intermediando las pólizas de los famosos chatarreros de Malvinas. Una misión comercial que terminó con el estallido de la guerra.
Corría el año 1978 cuando Oscar se encontraba trabajando como PAS para Montelmec SRL, empresa ubicada en el Palomar, que se especializaba en montajes industriales. El curso de la historia cambió, cuando en 1981, Constantino Davidoff, audaz chatarrero de Avellaneda, quien era la cabeza visible de Islas Georgias del sur SA, firmó un contrato con la empresa Christian Salvensen Co. de Edimburgo, por el cual adquirió el derecho a retirar los restos de las antiguas instalaciones balleneras abandonadas en los puertos: Leith, Stromness y Husvik, en las islas Georgias del Sur.
Davidoff se acercó a Montelmec SRL para contratar los servicios de la empresa, con el objetivo de desmantelar la vieja factoría ballenera cuyos desechos se venderían luego como chatarra. Oscar nos cuenta que en esa época intermedió coberturas de seguros de personal, de obradores, de Responsabilidad Civil y de Caución, a través de Capital S.A.
La empresa de montajes comenzó en 1978 con cuatro empleados y cuando quebró en 1982 tenía más de 500 personas trabajando. “Muchos de los que estuvimos involucrados en esas tareas no estábamos al tanto de nada de lo que pasaba en las Islas”, asegura.
Oscar no fue parte del equipo de técnicos y metalúrgicos que arribaron a las islas para desarmar tres estaciones balleneras y vender la chatarra.“Tenía 24 años y estaba a punto de casarme. Podría haber estado en la expedición de acercamiento que se realizó en diciembre de 1981, pero no fui por distintos compromisos que tenía en aquel momento”, expresa.
Oscar Sánchez recibiendo placa de reconocimiento por su labor como PAS en 1979
El desembarco en las Islas Georgias y el estallido de la guerra
Para entender el suceso, hay que remontarse al 17 de marzo de 1982, cuando en una lancha de la Segunda Guerra, cuarenta técnicos y trabajadores argentinos desembarcaron en las Islas Georgias con la misión de desarmar factorías balleneras abandonadas para venderlas como chatarra.
La vista de los tanques que habían servido para almacenar aceite de ballena en Puerto Leith y que el grupo de obreros iban a desguazar.
Tres días después del desembarco del grupo de argentinos en una isla argentina, el ministerio de relaciones exteriores del reino de Inglaterra presentó una protesta ante el gobierno argentino por “violación de la soberanía británica” en las Georgias. En su nota, el gobierno inglés expresó que el grupo de argentinos que desembarcó en la Isla San Pedro izó su bandera y cantó el Himno Nacional.
El soldador Horacio Locchi, hincha fanático de River, empezó a ver dónde podía colocar su banderín del equipo. El director de la operación, Jorge Patané – con quien Oscar forjó una amistad -le aseguró que la única bandera que habían izado era la de Boca Juniors. Sin embargo, se dice que Locchi colgó la bandera Argentina en un remo roto que sujetó con alambres a un transformador eléctrico. Ese pequeño gesto provocó una protesta británica y el envío de royal marines desde Malvinas para que los desalojaran a la fuerza. Un dato de color que nos comenta el PAS, es que en la serie The Crown recrean el momento en que los ingleses increpan a los operarios por haber plantado la bandera argentina.
En ese momento, Junta Militar que gobernaba el país reaccionó enviando a Alfredo Ignacio Astiz y a sus hombres a la isla para proteger a los trabajadores.El «Bahía Paraíso» arribó a Puerto Leith el 24 de marzo y tras desembarcar las fuerzas especiales, permaneció navegando en proximidades de las islas Georgias del Sur, cruzándose en su derrota con el «Endurance». A partir de este evento, se sucedieron una serie de reuniones y conversaciones de alto nivel a fin de suavizar el tono de la negociación diplomática.
Durante las horas siguientes, las noticias procedentes del sur daban cuenta de un inusual movimiento de buques de guerra de la Armada Argentina en el Atlántico Sur.En vísperas del 2 de abril, mientras la guerra estaba por comenzar, seguían las tareas de desmantelamiento de la paralizada planta ballenera.
“Finalizada la guerra, hice de intermediario para que las pólizas de garantía de Caución que se habían entregado a Islas Georgias del Sur SA, nos la devolvieran y que la empresa pudiera resarcirse en un juicio internacional”, rememora.