En Argentina, los hitos en la lucha por la inclusión financiera de las mujeres fueron significativos y con muchos desafíos. Un momento clave fue la reforma legal de 1971, cuando las mujeres argentinas finalmente lograron tener la posibilidad de abrir cuentas bancarias a su nombre. Hasta esa fecha, para acceder a los servicios bancarios, necesitaban presentar la autorización de un tutor o cónyuge. Esta reforma fue un punto de inflexión que permitió el comienzo de una mayor autonomía financiera para las mujeres, aunque el proceso de integración al sistema financiero fue gradual.
Hoy en día, la participación femenina en el sistema bancario es notablemente alta, aunque aún persisten desigualdades importantes. Según el último informe de la empresa de tecnología COELSA, el 48% de las mujeres abrieron una nueva cuenta digital (bancaria y no bancaria), mientras que el 38% de las mujeres utilizan pagos con QR.
No obstante, las disparidades de género continúan. En este sentido, el reporte del Banco Central del 2024 asegura que los hombres tienen un 17% más de probabilidades de obtener un préstamo personal en comparación con las mujeres, y que reciben un 44% más en los montos otorgados. Este dato representa un desafío considerable para la independencia financiera de las mujeres, así como su capacidad para emprender y su bienestar general.
“El año pasado, el 43% de los préstamos y adelantos otorgados fueron a mujeres y en lo que respecta a inversiones, podemos observar que el 38% de las mujeres invierten en plazo fijo y el 47% en dólar MEP. Si bien estos datos son positivos, creemos que todavía falta mucho por hacer”, expresa Vanesa Di Trolio, Gerente de Desarrollo Comercial App de Reba. Y agrega: “Desde Reba trabajamos con un esquema de scoring alternativo, un proyecto que está en desarrollo, lo cual permite conocer de manera más precisa, el comportamiento de los usuarios dentro de la App. Este análisis de datos no convencionales nos ayuda a comprender en profundidad el comportamiento de cada persona dentro de la app y al mismo tiempo ofrece una solución a las barreras de acceso a créditos al integrar información relevante sobre el perfil crediticio, socioeconómico y cultural de cada persona”.
Si bien los avances son evidentes, aún existen brechas de género en el uso de productos financieros. Es por eso que, muchas organizaciones y compañías llevan a cabo diversas iniciativas para promover la educación financiera, reducir estas desigualdades y avanzar hacia un acceso más equitativo a dichos productos servicios.
“Al considerar una variedad más amplia de datos, el scoring alternativo puede identificar a mujeres que, aunque no cuenten con un historial crediticio formal extenso, presentan un perfil de bajo riesgo. Implementamos esta metodología, ya que notábamos una brecha en la solicitud de préstamos y encontramos que esta forma era la más exitosa para poder ver cada caso de forma particular”, finaliza Di Trolio.