A propósito del Día del Camino, que se conmemora cada 5 de octubre en la Argentina, OVILAM difundió un artículo en el que señala que el 5 de octubre de 1925 se realizó en Buenos Aires el Primer Congreso Panamericano de Carreteras. Desde entonces, se instituyó en la Argentina esta fecha como Día del Camino.
Cuando se piensa en caminos inexorablemente se genera la asociación con la seguridad vial. En un país como la Argentina que tiene casi 2,9 millones de km2,con un fuerte perfil agro exportador, la red vial como así también la red ferroviaria son de vital importancia para su desarrollo y competitividad económica.
La Red de carreteras de Argentina tiene aproximadamente 500.000 km, de los cuales alrededor de 38.000 km pertenecen a la red troncal primaria con jurisdicción nacional, 178.000 km pertenecen a la red secundaria, gestionadas por las provincias y 285.000 km forman la red terciaria administrada por municipalidades o comunas. De esos 500.000 kms de rutas, solo unos 2.800 kms corresponden a autopistas o autovías.
Por lo anteriormente mencionado no es casual que nuestro país esté en el puesto 89, sobre 148 países, en lo que respecta al ítem “Infraestructura” en el Reporte de Competitividad Global generado por el Foro Económico Mundial.
En dicho Reporte se expresa claramente que “la infraestructura amplia y eficiente es fundamental para garantizar el funcionamiento eficaz de la economía. Un buen desarrollo de la infraestructura reduce el efecto de la distancia entre las regiones de un país, integrando el mercado nacional y conectándolo a bajo costo con los mercados de otros países y regiones. Además, la calidad y la extensión de las redes de infraestructura impactan significativamente en el crecimiento económico y ayudan a reducir las desigualdades de ingresos y la pobreza”.
Lamentablemente, el impacto de una red vial y ferroviaria que no está acorde a las necesidades de un país que aspira a desarrollarse a nivel nacional e internacional, no solo impacta en lo económico sino también genera grandes problemas sociales fruto de la alta siniestralidad vial. En nuestro país mueren miles de personas anualmente. Muchas de esas muertes, como así también las secuelas que perduran en los heridos graves, serían evitadas si tuviéramos redes de comunicación suficientes tanto en cantidad como en calidad.
Para citar solo un ejemplo, la ruta 34 que une Rosario con Bolivia atravesando las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, es una ruta de doble circulación, como la mayoría en nuestro país, con una extensión de 1.488 kms. En el quinquenio 2008-2012 solo en la ruta 34, antiguamente llamada la “Ruta de la Producción” y hoy llamada, como tantas otras, la “Ruta de la Muerte”, perdieron la vida 358 personas.
Deseamos que este 5 de octubre, Día del Camino, este plagado de anuncios que terminen en concreciones de nuevas obras que ayuden a palear el flagelo de la inseguridad vial y contribuyan al desarrollo económico y social de nuestro país.
