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30 años es la edad promedio de quienes cambian su carrera a tecnología

Foto: iStock.
Por Manuel López de Gomara, Marketing Lead Latam en Le Wagon.-

Argentina es un país en desarrollo con un ingreso medio. Debido a su particular historia, presenta algunas características peculiares respecto a su stock de talentos. A raíz de los cambios sociales que se dan en la actualidad y la inestabilidad económica, muchas personas tienen en mente cambiar el rumbo de su carrera o sumar nuevos skills que les permita ser más competitivos en el mercado laboral. El 44% del talento digital inició su trayectoria profesional en un campo alejado de la tecnología.

En el sector IT, existe un gran número de personas que no han asistido a cursos formales universitarios, pero que están calificados, de la misma forma que los egresados, para desempeñar las tareas que en general son demandadas por las compañías. La razón por la cual esto ocurre es porque hay fuentes extracurriculares, como los certificados internacionales, la capacitación en el trabajo, y un importante número de personas tiene habilidad y compiten en los mismos segmentos del mercado de trabajo con aquellos que poseen títulos formales.

Desde Le Wagon realizamos un informe interno para conocer el perfil del estudiante y los interesados en adquirir conocimientos en Desarrollo Web y Data Science. El mismo revela que el promedio de consultas es de personas de más de 30 años, ya con una carrera formada pero quiere tomar conocimiento en nuevas tecnologías. Así mismo, la generación de 18 a 22 años es la que menos presenta consultas o ingresa a los bootcamps para formarse a futuro.

Las personas que ingresan a los bootcamps son, en un 75%, varones entre 27 y 35 años, donde la modalidad seleccionada es online para cursar en el 90% de los casos. Si bien  trabajamos para que haya más mujeres en tecnología, viendo los registros de consultas e inscriptos, todavía tenemos mucho camino por recorrer para reducir esta brecha.

Es una realidad que en Latinoamérica sigue faltando el talento IT  y no se logra cubrir la totalidad los puestos disponibles, por lo que hoy buscamos  impulsar a las personas para que  adquieran nuevos conocimientos relacionados con el futuro digital. De acuerdo a un estudio de Microsoft y LinkedIn, se espera que para 2025 haya más de 10 millones de vacantes abiertas en la región.

En este sentido, PageGroup, consultora internacional especializada en la selección de personal, estimó que a finales de 2023 habrá un déficit del 48% de mano de obra digital en América Latina.

Frente a estas cifras puedo afirmar que estamos ante una oportunidad histórica: nunca hubo tanto requerimiento de talento tech para responder a la demanda del mercado. Los bootcamps y las academias están en crecimiento y de allí surgen incontables perfiles, especialmente en el universo de la programación.

Los individuos que se certifican en herramientas IT encuentran valor no solo en el manejo de estas herramientas sino también en el cambio de percepción de sus propias competencias. En el mercado laboral, los beneficios de las certificaciones de su personal muchas veces se percibe en el valor que agregan a la misma organización.

Tecnología y el nuevo perfil del profesional

Al analizar nuestros datos internos, observamos una demanda de capacitación en personas mayores de 30 años que ya están en el mercado laboral. Parece que buscan un cambio para adaptarse ágilmente a un entorno desafiante, transformando sus habilidades. Esta tendencia puede atribuirse a los diversos beneficios de trabajar en tecnología, más allá de un salario competitivo.

El proceso en la que estamos viviendo en el mundo contemporáneo y los avances de la ciencia y tecnología hacen también que adoptemos nuevos hábitos de comportamiento, y por lo tanto los retos y desafíos que nos exige la sociedad es mayor preparación, conocimiento e información.

Cuando hablamos de perfiles tecnológicos, nos referimos a los perfiles de formación que van más allá de saber utilizar herramientas digitales, si no que comprenden los fundamentos subyacentes que impulsan el funcionamiento de estas herramientas. Un individuo con un perfil tecnológico no solo tiene la capacidad de interactuar con la tecnología, sino también de entenderla, modificarla y crear con ella.

Un componente esencial del perfil tecnológico es la capacidad de análisis profundo y la disposición a abordar problemas desde perspectivas innovadoras. Se enfrentan al constante reto de identificar problemas complejos, ponerlos en contexto y descomponerlos en elementos manejables, identificar patrones y tendencias, y aplicar soluciones novedosas para poder elaborar planes de acción estratégicos y tomar decisiones acertadas.

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