Europa Internacionales

Turquía cada vez más vulnerable a factores externos

Según un informe de Coface, la economía turca registro un crecimiento sustancial durante los tres primeros trimestres de 2017, con un aumento del 4,7% respecto al año anterior a pesar de los impactos que golpearon al país en 2016. Durante el tercer trimestre de 2017, la economía se expandió un 11,1% en un año, el ritmo más rápido de las economías del G20. Este crecimiento se vio sustentado por el apoyo del gobierno, las mayores inversiones, el crecimiento de las exportaciones y la recuperación del consumo privado.

Pero hay que tener en cuenta que a pesar de los pronósticos favorables,  la falta de ahorro estructural de Turquía seguirá siendo la mayor amenaza para la economía nacional. El programa de gobierno CGF ha animado a los bancos a otorgar préstamos, resultando en un aumento del ratio préstamos / depósitos del sector bancario al 125% en la 2ª mitad de 2017. Además de afectar a los riesgos bancarios, esta situación también acentúa las dificultades cambiarias, lo que vuelve a Turquía más vulnerable a la volatilidad de las divisas y frena la confianza de los inversores. Estos factores podrían limitar la inversión extranjera directa en los próximos años, afirma el análisis de Coface.

Los problemas de Turquía respecto al tipo de cambio se relacionan estrechamente con la financiación de su déficit por cuenta corriente, que se realiza en su mayoría mediante entradas de capital a corto plazo. Si se redujeran las inversiones extranjeras directas, ya de por sí relativamente pequeñas, Turquía dependería aún más de los flujos de capital a corto plazo para financiar su déficit externo. Esto aumentaría la dependencia del país de los inversores financieros mundiales y aumentaría aún más su vulnerabilidad ante las crisis cambiarias.

Entre otros problemas potenciales, Turquía debería vigilar el aumento de los tipos de interés de los préstamos bancarios, que representa un riesgo importante para el dinamismo de las inversiones en el país. Los tipos de interés elevados podrían obstaculizar la gestión del flujo de efectivo en las empresas y perjudicar el entusiasmo de nuevos inversiones.

Según el líder de seguro de crédito, se prevé que la inflación siga aumentando como consecuencia de la debilidad de la lira turca frente al dólar estadounidense y al euro. La depreciación de la lira turca respecto a estas dos monedas desde septiembre debería ejercer una presión al alza sobre la inflación, tanto para los precios a la producción como al consumo. Los precios más elevados y los aumentos de los impuestos, asociados con una lira turca más débil, también podrían afectar al consumo de los hogares, reduciendo su poder adquisitivo.

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