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Europa Central y Oriental: el riesgo político aumenta, aunque de momento sin impacto sobre las empresas locales

En general, los riesgos son significativamente inferiores que en el pasado para los países de Europa Central y Oriental. La región se beneficia de una actividad económica que ha tomado impulso en los últimos años. Los indicadores socio económicos utilizados para medir el grado de frustración social han mejorado. El PIB per cápita ha aumentado, y ahora se acerca a la media de Europa Occidental, la tasa de desempleo ha disminuido considerablemente, mientras la inflación continúa siendo moderada.

El riesgo político tiene diferentes formas y niveles entre los países de la región. Hungría y Polonia son los que más se mencionan, y la UE e instituciones internacionales muestran su preocupación sobre el respeto al estado de derecho. Se considera que los cambios planteados en el sistema legal y judicial en Rumanía tendrán un impacto negativo sobre las medidas para combatir la corrupción. En la República Checa, donde en octubre de 2017 el partido ANO ganó las elecciones, parece que el camino recorrido por su líder Andrej Babis es similar al de los partidos que gobiernan en Hungría y Polonia. Aunque los cambios aún no son efectivos, la República Checa acaba de pasar por una fase de inestabilidad política debido al voto de censura que tuvo lugar en enero de este año. El Primer Ministro intenta formar una nueva coalición de gobierno, con el apoyo del parlamento. Tanto Eslovaquia como Eslovenia han sufrido recientemente las dimisiones de sus Primeros Ministros.

La polarización de la sociedad en los países de Europa Central y Oriental se evidencia por el número de manifestaciones civiles que han tenido lugar. “Varios cambios afectan a la situación de los ciudadanos y el panorama político ha llevado a que un gran número de manifestaciones tengan lugar en estos países”, analiza Grzegorz Sielewicz, Economista de la Región de Europa Central y Oriental y autor del estudio “La singularidad de los riesgos políticos en Europa Central y Oriental.”

Los problemas de corrupción que contribuyen a la insatisfacción social continúan desempeñando un papel en los riesgos políticos de la región, a pesar de que estos países han adoptado los estándares de la Unión Europea y realizado mejoras significativas en este campo, como la creación de organismos anti-corrupción en diferentes países. Bulgaria, Hungría, y Rumania se mantienen en las últimas posiciones en la clasificación que mide la corrupción entre los países de la Unión Europea”, agrega Sielewicz.

¿Cuál será el resultado de las tensiones con la Unión Europea?

Hasta ahora, la política y los conflictos de algunos países con la Unión Europea no han tenido consecuencias graves para las empresas. Sin embargo, esta situación se debe principalmente a otros factores favorables los cuales apoyan las economías de Europa Central y Oriental y a los negocios que operan en la región. En 2017 la actividad económica se aceleró hasta alcanzar su punto más alto de los últimos ocho años, el 4,5%. Y en 2018 se prevé que se mantenga en un sólido 3,9%. El consumo de los hogares, la reactivación de las inversiones y los proyectos que han sido parcialmente cofinanciados por el presupuesto de la Unión Europea, contribuyen significativamente a esta situación.  Los exportadores se benefician del aumento de la demanda mundial, especialmente de los mercados extranjeros, así como de la competitividad de los precios y la calidad de los productos. Estos dos últimos factores combinados con la proximidad geográfica a Europa Occidental, impulsan a las empresas extranjeras a invertir en la región.

A pesar de un mayor deterioro en términos de riesgo político podría aumentar la renuencia de las empresas extranjeras a permanecer en los países de Europa Central y Oriental, especialmente si los cambios les perjudicaran directamente. Aunque esos gobiernos no quieren perder a estos contribuyentes significativos para la economía doméstica, el endurecimiento de las relaciones con la Unión Europea y las posibles consecuencias financieras podrían tener un efecto desencadenante. Aún es posible que las tensiones actuales entre la Unión Europea y los países de Europa Central y Oriental se resuelvan mediante un acuerdo, ya que ambas partes tienen demasiado que perder en caso de un deterioro de las relaciones.

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