Innovación

¿China o un capítulo de Black Mirror?

China comienza a parecerse cada vez más la serie de ciencia ficción Black Mirror. El presidente XI Jinping está muy cerca de implementar un sistema que utiliza Inteligencia Artificial para calificar a sus ciudadanos.

El desarrollo está basado en big data y utiliza una tecnología de reconocimiento facial, que actualmente permite a los habitantes chinos retirar dinero de los cajeros automáticos, registrarse a los vuelos en un aeropuerto y pagar por bienes y servicios, utilizando únicamente el rostro.

Según Infobae, el reconocimiento facial ya es capaz de «leer» las emociones y es tal vez por eso que el gobierno planea utilizar esta tecnología biométrica para intensificar aun más la presión autoritaria sobre sus ciudadanos.

A pesar de que China es pionera en la creación de esta tecnología, muchos defensores de los derechos humanos alrededor del mundo se han levantado en contra de su aplicación, al considerar que viola la intimidad de sus habitantes.

Según pronostican los expertos, en las ciudades del futuro el reconocimiento facial será parte de la rutina diaria de millones de personas, y hasta incluso advierten que el uso de esta tecnología podría extenderse, hasta el punto de detectar lo que las personas piensan…

«El caso de China ilustra una triste posibilidad de que la tecnología sea parte de la construcción de una sociedad de la vigilancia cada vez más eficaz, en cuanto a poder monitorear las acciones de los ciudadanos a fin de mejor controlarlos y de mejor presionarlos para actuar de la forma que la sociedad así lo dispone. Por ejemplo, hay una infracción de tránsito y de inmediato se ve a la persona en una pantalla que está cometiendo una infracción de tránsito y eso supone algo que va en contra de su perspectiva de un mejor crédito. Eso parece también una sociedad futurista, tipo Black Mirror, postapocalíptica. Algo vinculado con el cine más que con la realidad. Pero en China, de a poco, según muchos observadores, se está empezando a construir. Todavía está muy lejos de llegar a un sistema de cámaras para monitorear a los millones de chinos. Pero hay un tipo de uso de la tecnología en pos de la vigilancia del ciudadano que se está construyendo y que da una señal de cómo estos procesos hablan de futuros no muy lejanos y de cómo se está construyendo la realidad en este mundo globalizado. Y dice que tenemos que empezar a verlo no solo como una cuestión de ciencia ficción sino como señales de hacia dónde va el mundo y para ver cuál es nuestra posición como ciudadanos respecto a esos peligros y a esas orientaciones», analiza Estéban Ierardo, filósofo y escritor, en una entrevista con Infobae. 

Es cuestión de tiempo para ver los resultados de la aplicación de esta tecnología en el gigante asiático. Una iniciativa que indudablemente viene causando polémica desde su anuncio…

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